BOSTON. Días antes de que la Unión Soviética lanzara una bomba nuclear más poderosa que las de Hiroshima y Nagasaki, y que ya se rumoraba ocurriría en el Círculo Ártico, una niña le escribió al entonces presidente John F. Kennedy preocupada por la seguridad del habitante más famoso del Polo Norte.

“Por favor no deje que los rusos bombardeen el Polo Norte”, rogó Michelle Rochon, de Marine City, Michigan, según informes noticiosos de la época. “Porque matarán a Santa Claus”.

Kennedy le respondió a la niña de forma breve, una reconfortante carta que es parte de un conjunto de materiales de archivo con temas navideños exhibido en la Biblioteca y Museo Presidencial John F. Kennedy en Boston.

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“No te preocupes por Santa Claus”, escribió el presidente el 28 de octubre de 1961. “Hablé con él ayer y se encuentra bien. Hará nuevamente su gira en esta Navidad”.

El presidente añadió que también él estaba preocupado por el ensayo soviético, “no solo por el Polo Norte sino por los países de todo el mundo; no solo por Santa Claus sino por la gente en todo el mundo”.

Rochon dijo al diario Boston Globe en 2014 que jamás pensó que la carta tendría semejante repercusión y la convertiría en una especie de figura nacional.

“Solo me preocupaba Santa Claus”, dijo.

En numerosos países se han reportado avistamientos de Santa Claus o de personas vestidas como él en diversas actividades.

Los soviéticos cumplieron su amenaza de bombardear el Polo Norte. Dos días después de la carta de Kennedy, lanzaron el “Rey de las Bombas”, como la llamaron en ruso. Era 1570 veces más poderosa que las bombas arrojadas sobre Hiroshima y Nagasaki juntas, y la onda expansiva llegó a Noruega y Finlandia, donde rompió ventanas.

Kennedy y otros gobernantes denunciaron inmediatamente el ensayo, informa el diario The Washington Post. Pero ninguna de las declaraciones oficiales menciona a Santa Claus.