El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, ordenó este martes la dispersión de un multitudinario funeral de un rabino jasídico en Brooklyn y cargó contra la comunidad ultraortodoxa, la más castigada por la COVID-19 en la ciudad, por no respetar las medidas de distanciamiento social.

"Algo absolutamente inaceptable ha sucedido en Williamsburg esta noche: un gran funeral en medio de esta pandemia. Al enterarme, he ido personalmente para asegurarme de que la multitud era dispersada. Y lo que he visto NO SERÁ tolerado", indicó el alcalde en Twitter.

"Mi mensaje a la comunidad judía, y a todas las comunidades, es así de simple: el periodo de las advertencias ha pasado", añadió De Blasio.

Según el diario The New York Times, la Policía de Nueva York ha dispersado en las últimas semanas diversas ceremonias como casamientos y funerales en barrios con importante población judía, pero el de este martes fue el primero en el que intervino el alcalde.

Al funeral en cuestión, del rabino Chaim Mertz, acudieron miles de personas, según la Alcaldía de Nueva York.

De Blasio ordenó a la Policía que aplique "tolerancia cero" con este tipo de ceremonias a partir de ahora y que arreste a los asistentes de ser necesario.

Pese a la multitud congregada en violación de las medidas contra el COVID-19, la intervención de De Blasio ha sido criticada por los ultraortodoxos al considerarla un ataque a la comunidad cuando esas normas se incumplen a diario en los parques de la ciudad.

Este mismo martes, por ejemplo, miles de personas se concentraron para observar el vuelo de aviones militares que homenajeaban a los trabajadores que combaten el virus.

El Consejo de Asuntos Públicos Judíos Ortodoxos sostuvo que "la gente no ha cumplido el distanciamiento social en un funeral el mismo día que miles de neoyorquinos no han cumplido la distancia durante 45 minutos para ver un sobrevuelo".

La comunidad jasídica de Nueva York, cuyo día a día gira en torno a ceremonias y actividades en grupo, ha sido la más afectada de la ciudad por la pandemia, según las autoridades locales.

Cientos de miembros de la comunidad han muerto, incluidos líderes como el rabino Yaakov Perlow, jefe de la dinastía Novominsker.

Ni los muertos ni la prohibición de concentraciones en grupo que rige en Nueva York han hecho, sin embargo, que los jasídicos hayan dejado de congregarse en grandes ceremonias.

La ciudad de Nueva York se ha convertido en el epicentro mundial del COVID-19 con 157.713 casos confirmados y 17.215 personas fallecidas.