Washington.- Parece poco probable que la espeluznante decapitación de un periodista estadounidense en Siria cambie los puntos de vista de los legisladores acerca de la intervención militar contra extremistas del grupo Estado islámico.

Tampoco estaba claro si el gobierno del presidente Barack Obama les pedirá apoyar un cambio de táctica por parte de Estados Unidos.

Obama dijo que Estados Unidos no retrocederá en su posición militar en Irak en respuesta a la muerte de James Foley. Pero no ofreció detalles el miércoles sobre las medidas que pueda tomar para proteger a los demás rehenes y a otros estadounidenses, y evitar lo que describió como ambiciones genocidas de la escisión de al-Qaida.

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La respuesta inicial de los congresistas fue variada, lo que refleja la división del pueblo estadounidense. Si bien todos condenaron la muerte de Foley, los sectores belicistas, en particular los republicanos, continuaron criticando los ataques aéreos limitados del gobierno de Obama en Irak y su negativa a atacar bases del Estado Islámico en la vecina Siria.

Los partidarios del presidente expresaron su apoyo a la actual intervención cautelosa en Irak. Y ninguno de los simpatizantes del Tea Party o los demócratas pacifistas que han advertido contra una acción militar cambiaron públicamente de posición.

"La retórica del presidente fue excelente, pero no describió medidas para detener la masacre", dijo el senador republicano John McCain.

McCain, uno de los más duros críticos de la política exterior de Obama, dijo en una entrevista telefónica que "la estrategia debe ser lanzar ataques aéreos sin cuartel en Irak y Siria para derrotar al EI", usando un acrónimo alternativo para referirse a los milicianos suníes.

En una interrupción de sus vacaciones familiares en Martha's Vineyard, Massachusetts, Obama denunció al Estado Islámico como un "cáncer" que amenaza a todo el Medio Oriente. Y si bien los estrategas militares estudian la posibilidad de enviar más soldados a Bagdad, el presidente se limitó a afirmar que Estados Unidos junto con otros "tomará medidas contra" los extremistas.

El mensaje no satisfizo a McCain, el candidato presidencial republicano derrotado por Obama en 2008. El senador por Arizona, que clama desde hace años por que se tomen medidas contra el gobierno y los extremistas en Siria, dijo que el Estado Islámico ha "borrado la frontera entre Siria e Irak, y debemos tratarlo de la misma manera". Caso contrario, dijo, los milicianos contarán con un santuario en Siria en el cual podrían reagruparse para extender el caos.

Otros republicanos se hicieron eco, y algunos demócratas, como el senador por Florida Bill Nelson, también.

Pero otros dijeron que la reacción del presidente era la adecuada.

Adam Schiff, demócrata en la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, dijo que el gobierno debe precaverse de la expansión subrepticia de la misión tras lanzar operaciones de protección de estadounidenses y ayuda humanitaria. Las nuevas razones son la defensa de la infraestructura iraquí y la consolidación del gobierno en Bagdad, afirmó.

"Ya ha habido un poco de expansión subrepticia", dijo Schiff en entrevista telefónica. "El gobierno hará bien en no dejarse arrastrar. Será muy difícil".