Muere la jueza asociada del Tribunal Supremo de EE.UU., Ruth Bader Ginsburg
Tenía 87 años y padecía cáncer de páncreas.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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La jueza de la Corte Suprema de Estados Unidos Ruth Bader Gingsburg, una menuda pero gigantesca defensora de los derechos de las mujeres, falleció el viernes en su casa en Washington. Tenía 87 años.
Ginsburg murió de complicaciones de un cáncer de páncreas, dijo la corte.
Su deceso, seis semanas antes de las elecciones, posiblemente suscite una encendida controversia en torno a si el presidente Donald Trump debe nombrar, y el Senado confirmar, un remplazo, o si el cargo debe permanecer vacante hasta después de que se conozca el resultado de las elecciones presidenciales.
El juez presidente John Roberts lamentó el fallecimiento de Ginsburg. “Nuestra nación ha perdido a una jurista de estatura histórica. Nosotros en la Corte Suprema hemos perdido a una colega entrañable. Hoy estamos de luto, pero con la confianza de que las futuras generaciones recordarán a Ruth Bader Ginsburg como la conocimos: una incansable y decidida defensora de la justicia”, aseveró Roberts en un comunicado.
Ginsburg anunció en julio que le harían quimioterapia debido a lesiones en su hígado, una de varias batallas contra el cáncer.
La jueza fue en sus últimos años la líder indiscutible del ala liberal de la corte y se había convertido en una especie de estrella para sus admiradores. Las mujeres jóvenes en especial parecían venerar a la abuela judía de la corte por su defensa de los derechos femeninos y de las minorías, y la fortaleza y resistencia que mostraba frente a las pérdidas personales y las crisis de salud.
Sus problemas de salud incluyeron cinco peleas contra el cáncer que dieron inicio en 1999, caídas que resultaron en costillas rotas, la inserción de un stent para desbloquearle una arteria y varias hospitalizaciones después de que cumpliera 75 años.
Ginsburg se resistió a los llamados de los liberales de que se retirara durante la presidencia de Barack Obama en una época en la que los demócratas controlaban el Senado y era factible que se nombrar un sustituto con puntos de vista similares. Ahora, es casi seguro que Trump buscará que el sucesor de Ginsburg sea ratificado por el Senado bajo control republicano para hacer que la corte conservadora se incline aún más a la derecha.