Un alto cargo de una milicia iraquí insinuó el sábado el deseo de desescalar las tensiones en el Oriente Medio después de los ataques de represalia de Estados Unidos a decenas de sitios en Irak y Siria utilizados por milicias respaldadas por la Guardia Revolucionaria iraní.

Hussein al-Mosawi, vocero de Harakat al-Nujaba, una de las principales milicias respaldadas por Teherán en Irak, dijo en entrevista con la Associated Press en Bagdad, con respecto a los ataques estadounidenses que Washington “debe comprender que toda acción provoca una reacción”. Pero a continuación, en tono más conciliador, sostuvo que “nosotros no deseamos escalar o ampliar las tensiones regionales”.

Mosawi dijo que los sitios atacados en Irak estaban generalmente “desprovistos de combatientes y personal militar en el momento del ataque”.

La prensa estatal siria informó que hubo bajas debido a los ataques, pero no dio cifras. Rami Abdurraman, director del Observatorio Sirio por los Derechos Humanos con sede en Gran Bretaña, dijo que hubo 23 muertos en Siria, todos combatientes rasos.

El vocero del gobierno de Irak, Bassim al-Awadi, dijo en un comunicado el sábado que los ataques cerca de la frontera con Siria mataron a 16 personas, entre ellas algunos civiles, y causaron “daños significativos” a viviendas y propiedades privadas.

Un funcionario estadounidense dijo el sábado que la evaluación inicial de los daños causados reveló que Estados Unidos alcanzó cada uno de sus blancos previstos y algunos “blancos dinámicos” que aparecieron durante la misión, entre ellos un sitio de lanzamiento de misiles tierra-aire y sitios de lanzamiento de drones. El funcionario, que habló bajo la condición de anonimato para dar detalles aún no difundidos al público, no conocía la cifra de bajas.

El ministerio del Exterior iraquí dijo que convocaría al encargado de asuntos de la embajada estadounidense —ya que el embajador está fuera del país— para entregarle una protesta formal por los ataques a “sitios militares y civiles iraquíes”. Estados Unidos dijo el viernes que había informado a Irak sobre la inminencia de los ataques antes de que ocurrieran.

El asalto aéreo fue la represalia inicial por un ataque con drones que mató a tres soldados estadounidenses en Jordania el fin de semana pasado, y que Washington ha atribuido a la Resistencia Islámica en Irak, una coalición de milicias respaldadas por Irán.

Por su parte, Irán ha tomado distancia del ataque al afirmar que las milicias actúan independientemente de sus directivas.

Por otra parte, el sábado, el Comando Central del ejército estadounidense reconoció haber tenido escaramuzas en el mar Rojo y el golfo de Adén con rebeldes hutíes de Yemen. El viernes, el USS Carney derribó un dron en el golfo de Adén, sin que hubiera heridos o daños. Estados Unidos también atacó por aire cuatro drones hutíes preparados para lanzarse, y dijo que “presentaban una amenaza inminente para las embarcaciones comerciales y de la Armada estadounidense en la región”.

Por la noche, aviones de combate F/A-18 del portaaviones USS Dwight D. Eisenhower, junto con el USS Laboon, derribaron varios drones en el Mar Rojo.