PARADISE, California— Miles de niños regresan a clases el lunes después de los devastadores incendios que arrasaron el norte de California. 

Las escuelas en el condado de Butte han estado cerradas desde el 8 de noviembre cuando los incendios afectaron a los poblados de Paradise, Concow y Magalia. Por lo menos 88 personas murieron y decenas siguen desaparecidas. 

Los responsables en el distrito escolar de Paradise no sabían con seguridad cuántos niños en las escuelas improvisadas que han sido construidas para reemplazar a las que cayeron víctimas de las llamas. Algunas familias han salido del estado, otras están con familiares o amigos en otras partes de California. 

Sin embargo casi todos los docentes acudirán a trabajar para dar algo de normalidad y tranquilidad a los niños que han visto la destrucción a su alrededor. 

“Es importante que los niños puedan reunirse y puedan tener algo de normalidad en medio de esta devastación, esta locura”, dijo Jodi Seaholm, una madre de 40 años cuya hija Mallory está próxima a cumplir los 9 años. 

Mallory tuvo que someterse a un tratamiento en octubre debido a un cáncer cerebral y en ese momento no mostró miedo, pero “esta situación, ver que su casa quedó quemada, la ha destrozado”, dijo la madre. 

Dos distritos escolares aledaños han aceptado a los niños de Paradise que se quedaron sin escuela. Los pequeños irán a centros educativos en Oroville y Durham. 

La Escuela Secundaria de Paradise sigue en pie, pero es inaccesible debido a que toda la zona ha sido desalojada.