Michael Cohen se ofrece como “testigo estrella” contra Trump
Se desprende de su libro: “Disloyal: The True Story of the Former Personal Attorney to President Donald J. Trump”.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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Nueva York. La autobiografía de Michael Cohen afirma que Donald Trump es “culpable de los mismos delitos” que lo llevaron a él a la cárcel y ofrece un pormenorizado relato del supuesto papel del mandatario en los pagos para silenciar a una actriz porno que dice haber tenido una relación sexual con el presidente de Estados Unidos.
De todas las crisis que tuvo que enfrentar como abogado de Trump, la más problemática fue la de Stormy Daniels, con su denuncia de que había mantenido relaciones con el hoy presidente, dice Cohen en “Disloyal: The True Story of the Former Personal Attorney to President Donald J. Trump” (Desleal: La verdadera historia del exabogado personal del presidente Donald J. Trump), que salió a la venta el martes.
Trump dio luz verde al pago de 130,000 dólares para silenciar a Daniels en la antesala de las elecciones del 2016, con el razonamiento de que “tendría que pagarle” mucho más a su esposa si salía a la luz esa relación extramatrimonial, señala Cohen en su libro, agregando que Trump le reembolsó el dinero, haciéndolo pasar por “costos legales falsos”.
“Nunca resulta pagar por estas cosas, pero muchos, muchos amigos me aconsejaron que lo hiciese”, dijo Trump, de acuerdo con Cohen. “Si sale a la luz, no sé cómo le caería a mis partidarios. Aunque estoy seguro de que les gustaría la idea de que me acosté con una estrella porno”.
La Casa Blanca describió la autobiografía como una “ficción”.
“Admite de buena gana que miente por rutina y espera que la gente le crea ahora que puede ganar dinero con un libro”, dijo el portavoz de la Casa Blanca Brian Morgenstern en un comunicado. “Es lamentable que la prensa explote a este hombre triste y desesperado para atacar al presidente Trump”.
La Associated Press consiguió una copia del libro antes de su publicación.
Cohen, quien se declaró culpable de violar leyes que regulan la financiación de campañas políticas y de otros delitos, incluido el del mentirle al Congreso, se describe a sí mismo como “el principal testigo” de los pagos a Stormy Daniels que todavía podrían acarrearle problemas jurídicos a Trump cuando deje la Casa Blanca. Y dijo que su libro constituye una “evidencia fundamental” de la culpa del presidente.
Las denuncias de Cohen, las más detalladas que ha hecho hasta ahora, son parte de una vendetta muy personal contra Trump, a quien pinta como “un capo del crimen organizado” y “un maestro de la manipulación”, al que alguna vez consideró una figura paterna y por quien dice que todavía siente “mucho cariño”.
Cohen no termina de explicar su lealtad a un empresario despiadado que lo abandonó en el momento más vulnerable de su vida. Compara su lealtad a Trump con un trastorno mental y dice que llegó a sentirse como un adicto a las drogas que necesitaba la intervención de amigos.
Expresó que su familia sentía “que no escuchaba a nadie, ni siquiera a la gente que más quería, a medida que iba cediendo el control de mi mente a Trump”.
“Confieso que nunca comprendí por qué para mí era tan importante complacer a Trump”, agrega Cohen. “Ni siquiera ahora tengo la respuesta”.
La autobiografía ofrece una especie de disculpa por el papel que Cohen tuvo en el ascenso de Trump en la política. Cuenta que por años le insistió a Trump en que debía postularse a la presidencia, pero que ahora lamenta que su elección “tenga al país, y tal vez al mundo, al borde del desastre”.
“Pensé que Trump era un visionario con una actitud práctica y carisma como para atraer a todo tipo de votantes”, dice Cohen en el libro. Pero la verdadera razón por la que quería ver a Trump en la Casa Blanca, admite, “fue que quería el poder que eso me hubiera acarreado a mí”.
Cohen no muestra arrepentimiento alguno por sus delitos, diciendo que se declaró culpable porque los fiscales amenazaron con encausar a su esposa.
Cohen afirma que los tres hijos mayores de Trump se presentaron en su oficina después de que Trump lanzó su campaña en el 2015 y tildó a la gente que llegaba de México de violadores y asesinos. Dice que le pidieron que convenciese a su padre de que se retirase de la contienda porque sus comentarios estaban “matando la empresa” de los Trump.
A Trump, sin embargo, no le preocupaba el impacto de su postulación en su empresa, según Cohen. “Además, jamás conseguiría el voto hispano”, dijo Trump, de acuerdo con su abogado. “Igual que los negros, son demasiado estúpidos como para votar por Trump. No son mi gente”.
A lo largo del libro Cohen habla varias veces acerca del trato que Trump da a las mujeres.
Cuenta que Trump, estando casado, se baboseaba por las participantes en el concurso de Miss Universo y decía que podía acostarse “con todas ellas” si así lo deseaba. También afirma haber visto a Trump arrinconar y besar por la fuerza a mujeres en su oficina.
En un relato más personal, Cohen dice que vio a Trump devorarse con los ojos a su propia hija, que por entonces tenía 15 años, en el club de golf de Trump de Nueva Jersey. Cuando Cohen le dijo que era su hija, Trump respondió: “¿Cuándo se puso tan atractiva?”.
Cohen asegura asimismo que Trump admira al presidente ruso Vladimir Putin más que nada “porque tuvo el valor de apoderarse de toda una nación y manejarla como si fuese su empresa privada”. Añadió, no obstante, que la campaña de Trump fue “demasiado caótica e incompetente como para conspirar con el gobierno ruso”.
Al margen de sus tratos con Trump, Cohen relata experiencias que, según él, instigaron el sentido de lealtad y la agresividad que mostró como profesional. Es hijo de un sobreviviente del holocausto judío y cuenta que de niño conoció mafiosos en el club de su abuelo, donde trabajó de adolescente. Una vez presenció una balacera y decidió no hablar. A los pocos días, escribe, se le acercó un individuo con cara de matón y le dio un sobre con 500 dólares.
Cohen está tratando de publicitar el lanzamiento del libro mientras cumple su condena en su casa. Un juez dictaminó hace poco que las autoridades habían tomado represalias en su contra al mandarlo de vuelta a una prisión al norte de Nueva York después de que se dispuso su liberación debido a la pandemia del coronavirus, por publicar el libro antes de las elecciones de noviembre.
Está en su casa, sin poder salir, desde julio y el gobierno levantó la prohibición de hablar en público.