Miami. La ciudad de Miami Beach está en alerta ante la cercanía de un nuevo fin de semana y el riesgo de que las masas de turistas primaverales vuelvan a alterar el orden público y a desafiar las normas contra el COVID-19 en un estado que trata de evitar un repunte de la pandemia con más vacunas.

El gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, anunció este jueves que a partir del 5 de abril todos los residentes mayores de 18 años podrán vacunarse contra el COVID-19 en Florida.

Antes, el lunes 29 de marzo, les llegará el turno a los mayores de 40 años, con lo que en dos semanas tan solo quedarán sin acceso a la vacuna los menores de edad.

VACUNAS PARA TODOS

A día de hoy casi 5 millones de personas (4.95 millones) han recibido una o dos dosis de las vacunas contra el COVID-19 en el “Estado del sol”, según la web que hace un seguimiento de la campaña de vacunación, cuyo resultado más notorio es una bajada del número de muertes diarias por covid-19.

De 77 fallecimientos de residentes (en este estado cuentan por separado a los no residentes) contabilizados el 1 de marzo se pasó a dos el 23 de marzo, de acuerdo a datos oficiales.

Sin embargo, los casos nuevos diarios rondan los 5,000 y las pruebas de covid-19 arrojan una positividad en torno al 6 %, sin que se aprecie una bajada significativa en ambos indicadores.

El grupo de edad de 25 a 34 años es el que más contagios acumula desde el inicio de la pandemia (350,316) en este estado, que es el tercero con más casos en total (más de 2.01 millones), según la Universidad Johns Hopkins.

TURISTAS DESCONTROLADOS

En este marco el descontrol de jóvenes y no tan jóvenes que se produce las noches de los fines de semana en una zona de Miami Beach preocupa a las autoridades, que han decretado el estado de emergencia, y a vecinos y comerciantes.

Bernardo Naval, director del hotel en Miami Beach de la cadena española Riu, dice a Efe que en la zona donde está ese establecimiento prácticamente solo tuvo un “ligero problema de ruido” a causa de las concentraciones de juerguistas que con la música a todo volumen bailaban en las calles hasta bien entrada la madrugaba.

Bajo el toque de queda vigente hasta el 12 de abril, los jueves, viernes, sábados y domingos de 8 de la noche a 6 de la mañana, ese problema teóricamente desaparece, aunque el pasado sábado la policía debió actuar con dureza para dispersar a los que no querían poner fin a la fiesta y hacer detenciones.

Evidentemente los desórdenes afectan a “la imagen de la ciudad como un centro de turismo familiar de sol y playa”, en un momento de “muy alta ocupación” después de un año en el que el sector hotelero se vio muy afectado por la pandemia, dijo el hotelero Naval.

“Los fines de semana -agrega- estamos al 80 % y las tarifas han subido a los niveles de antes de la covid-19 e incluso por encima”.

El 85 % son estadounidenses y el 15 % restante en su mayoría son latinoamericanos.

Esta noche, desde las 20.00 horas, junto al toque de queda regirá la prohibición de acceder a la isla de Miami Beach por tres puentes que la comunican con Miami, salvo para quienes no sean residentes, trabajen o estén alojados en hoteles.

Según informaciones de los medios locales, la mayor parte de los que se concentran en una zona del sur de la ciudad y lindante con la playa que las autoridades han catalogado como de “alto impacto” llegan al sur de Florida en vuelos baratos de todo EE.UU. y no están alojados en Miami Beach, donde los hoteles suelen ser más costosos, de ahí el cierre de los accesos por la noche.

Naval indica que Miami Beach no estaba preparada para el fenómeno de los alborotadores “spring breakers”, como se conoce este turismo joven de primavera en el que Cancún y otros destinos turísticos de México sí han tenido experiencia.

MALAS INTENCIONES

A su juicio, los cheques de los paquetes de estímulo para paliar el daño económico de la covid-19 pueden haber dado la posibilidad de visitar esta primavera el sur de Florida y sus playas a personas con presupuestos antes más limitados y, por eso, hay más gente que nunca en las calles donde la oferta de ocio de Miami Beach se concentra.

Pero no todo son concentraciones de gente divirtiéndose. Como ha dicho el alcalde de Miami Beach, Dan Gelber, también hay gente que viene con “malas intenciones”.

El caso delictivo más grave de los que acompañan esta avalancha de “spring breakers” es la muerte de una joven turista de 24 años que apareció muerta en su hotel después de que dos jóvenes, también turistas ya detenidos, la drogasen y violasen, según las acusaciones presentadas contra ellos.

La causa de la muerte se desconoce todavía, pero si se confirmase que fue por las drogas, pueden ser acusados de homicidio.

“Lo que estamos experimentando este año no es el típico “spring break”, dijo este jueves el concejal Steven Meiner al canal local de CBS.