Kansas. El senador republicano Roger Marshall no deja que nadie olvide que es médico, poniendo “Doc” en el membrete de sus notas de prensa en el Senado de los Estados Unidos, pero médicos y otros expertos dicen que cuando habla sobre las vacunas contra el COVID-19, lo que dice el senador suena mucho más como un político que como un doctor.

Marshall ha hecho comentarios sobre vacunas e inmunidad que contradicen el consenso médico y las directrices del gobierno estadounidense. Se está oponiéndose activamente a los requerimientos de vacunación del presidente Joe Biden, argumentando que violan las libertades de las personas y dañan la economía. Él ha admitido que está experimentando en sí mismo un tratamiento no demostrado contra el coronavirus.

Las posiciones de Marshall están llevando al senador novicio y obstetra a los márgenes médicos, pero tiene la compañía de otros doctores, dentistas y farmacéuticos republicanos en el Congreso, varios de los cuales están diseminando consejos médicos dudosos sobre la pandemia.

Los críticos dicen que los comentarios de esos legisladores son peligrosos e inmorales y que el título médico de Marshall confiere una percepción de conocimientos que tiene peso entre los constituyentes y otros congresistas.

Él tiene un papel enorme en el asunto porque es médico y senador”, dijo Arthur Caplan, fundador de la división de ética médica en la Universidad de Nueva York y director de un programa de ética de vacunaciones. “Él tiene una responsabilidad poderosa de hacer lo correcto”.

Marshall dice que él está plenamente vacunado y que ha alentado a sus pacientes a recibir las inyecciones de refuerzo. Él y otros médicos republicanos en el Congreso se presentaron en una campaña de servicios públicos del Congreso en abril para exhortar a las personas a vacunarse, pero eso fue antes que los mandatos de vacunación decretados por Biden provocaran a la base conservadora del partido y tuvieran a activistas pronosticando que la oposición pudiera ayudar a llevar a los republicanos al poder en el Congreso en 2022.

Además, eso fue antes de que las escuelas reabrieran sus puertas en el otoño y padres furiosos inundaran las reuniones de las juntas escolares con protestas ruidosas contra los mandatos de uso de mascarillas.

Las elecciones intermedias se centran en animar a la base”, dijo Gregg Keller, un estratega republicano que reside en St. Louis, Missouri, y que ha trabajado para grupos conservadores y el senador Josh Hawley, de Missouri. “Los republicanos están enardecidos”.

Sondeos recientes indican que alrededor de la mitad de los estadounidenses —apenas suficientes para una mayoría— están en favor de requerir que los trabajadores en las compañías grandes se vacunen o se sometan a pruebas semanales.

Biden además requirió que las fuerzas armadas, los contratistas del gobierno y los trabajadores de salud estén vacunados.

Pero los sondeos mostraron también algo quizás crucial para Marshall y otros republicanos: que las personas están profundamente divididas sobre la base de sus partidos políticos. Unos 6 de cada 10 republicanos se opusieron a los mandatos de vacunas para trabajadores, de acuerdo con el sondeo por The Associated Press and NORC-Center for Public Affairs Research.

Marshall se presentó a sí mismo como un firme partidario del expresidente Donald Trump en su campaña para la Cámara Alta el año pasado. El representante por Kansas tuvo como oponente a un demócrata y anestesiólogo retirado que se adhiere a la ortodoxia sobre el coronavirus.

Marshall regularmente se presentó sin mascarilla en eventos de campaña y dijo que tomaba una dosis semanal del fármaco contra la malaria hidroxicloroquina, una sustancia promovida por Trump pese a la advertencia de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de que no debía usarse para prevenir infección con el virus.

Marshall ha tratado infructuosamente desde entonces de aprobar leyes que prohibirían los mandatos de vacunas y las bajas deshonrosas de las fuerzas armadas por no vacunarse. Argumenta que los mandatos para los trabajadores pudieran hacerles renunciar o ser despedidos, empeorar los problemas en la cadena de suministros y aumentar la inflación.

Sin siquiera mencionar la constitucionalidad de un mandato federal, quiero que la gente se dé cuenta del impacto que va a tener en la economía”, dijo en una entrevista reciente.

A fines del mes pasado, Marshall se sumó a otros legisladores que promueven teorías sin base sobre la inmunidad al COVID-19. Él y otros 14 médicos, dentistas y farmacólogos republicanos enviaron una carta a los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) en la que llamaron a la agencia, que entonces estaba fijando las políticas de vacunación, para que considerara la inmunidad natural de las personas que tuvieron el virus.

Entre los firmantes estaban el senador Rand Paul, un oftalmólogo; y el senador Ronny Jackson, que fue médico y asesor médico de Trump. La mayoría son de estados o distritos ganados ampliamente por el anterior primer mandatario el año pasado.

Los expertos coinciden en que la inmunidad natural aumenta tras una infección, pero el consenso médico es que esa protección varia de persona a persona y casi seguramente desaparece con el tiempo.

Por eso los Centros para el Control de Enfermedades y Prevención (CDC, por sus siglas en inglés) llaman incluso a quienes tuvieron el virus a que se vacunen.

Un reporte de los CDC en agosto concluyó que la vacuna fortalecía la inmunidad en las personas que se habían recuperado de una infección. Estudios publicados en septiembre mostraron que las personas no vacunadas tenían un riesgo 11 veces mayor de morir que las vacunadas.

Marshall disputa esa directriz. En una entrevista reciente con la AP, apuntó que sus hijos adultos contrajeron el COVID-19 y que “no creo que necesitan vacunarse encima de ello”.

Argumentó que el asunto requiere más estudio. “Pudiéramos reunir a 20 científicos y tener una discusión de dos horas sobre eso”.

Keller, el consultor republicano, dijo que ve un incentivo político para Marshall y otros legisladores en centrarse en el asunto de la inmunidad natural. Eso cuestiona las políticas del gobierno de Biden sin atacar las vacunas, dijo Keller.

Los republicanos inteligentes se dan cuenta de que existe un cierto nivel de confianza del electorado en la vacuna”, agregó.

Marshall dice que como obstetra y como director de un departamento local de salud, él siguió las directrices de los CDC en asuntos como vacunas para la influenza para las mujeres embarazadas, pero dice que perdió confianza en la agencia debido a sus mensajes encontrados sobre el uso de mascarillas a inicios de la pandemia. “Fue un tiempo difícil para los CDC. Fue difícil para todos nosotros”.

La doctora Leanna Wen, una doctora de urgencias y excomisionada de salud en Baltimore, dijo que los mandatos de vacunas “son claramente eficaces” para contener el COVID-19.

La vacunación es lo que tenemos porque el precio de conseguir inmunidad a través de una infección natural es demasiado elevado”, dijo Wen, que añadió que teme que las personas vayan a hacer algo similar a las “fiestas de varicela” que algunos padres tenían para sus hijos. “Ciertamente no queremos una política que pudiera llevar a personas a optar por ser infectadas”.

Sabrina Pass, que vive en un pueblo pequeño al noroeste de Fort Riley, Kansas, dice que apoya las posiciones de Marshall y dijo que la disposición de un candidato a oponerse activamente a los mandatos de vacunas será importante para ella. Pass, de 37 años, es una empleada del Departamento de Defensa, madre de dos chicas adolescentes y republicana registrada. Dice que considera admirables las protestas contra el uso obligatorio de mascarillas en las escuelas.

Pero Beth Oller, doctora de cabecera en el condado Rooks, en el noroeste de Kansas, dijo que se siente frustrada porque el título médico de Marshall es una de las razones por las que pacientes que normalmente confían en ella resisten sus consejos de vacunarse. Tras indicar que “no pienso que él realmente sea tan estúpido”, dijo que él sabe cómo funciona la inmunidad y por qué la gente necesita vacunas contra la influenza y refuerzos contra el tétanos.

Debería darle vergüenza”, dijo Oller.