Los seis puertorriqueños desaparecidos tras el desplome de la torre sur del complejo de edificios Champlain formaban parte de la comunidad judía de la isla y compartían mucho más que eso.

Los lazos familiares y de amistad se habían tejido entre varias generaciones que se fueron asentando en el país desde la mitad del siglo XX. El dolor y la angustia que viven los familiares y amigos de Nancy Kress Levin, sus hijos Jay y Frankie Kleiman, Ana Ortiz (pareja de Frankie) y su hijo Luis Bermúdez y la joven Deborah Berezdivin, es acompañado por una comunidad muy unida que vio crecer a varios de ellos y a sus hijos.

Nancy Kress Levin era cubana, pero se sentía puertorriqueña. Había llegado a la Isla en la década de los 50 escapando de la Revolución con su exmarido y padre de sus hijos, Saul Kleiman.

El inmueble que ubica frente al mar se desplomó parcialmente durante la madrugada del 24 de junio en Surfside.

A finales de los 80 se mudó a Florida y rehizo su vida con el doctor Larry Levin. Tras enviudar, se quedó en Surfside, una localidad al norte de Miami Beach, donde había una concentración de familias judías latinoamericanas.

La zona era perfecta, pues tenía lugares a donde podía llegar caminando, incluyendo cuatro sinagogas. Le gustó tanto que la familia compró dos apartamentos en el piso ocho de la torre sur. El de Nancy Kress Levin daba al mar y podía ver sin obstrucciones los gloriosos amaneceres sobre el Atlántico.

Cuando se desplomó el edificio, Kress Levin tenía la visita de su hijo Jay, quien había llegado el día anterior desde su natal Puerto Rico, donde estaba a cargo de Morena Studio, una empresa dedicada a ropa de mujer. Además de ver a su mamá y a su hermano Frankie, quien vivía en el apartamento de enfrente, Jay Kleiman asistió la noche anterior al funeral de un amigo.

Frankie Kleiman había rehecho su vida tras el divorcio de la madre de sus cuatro hijos. Vivía en su apartamento con su compatriota Annie Ortiz y su hijo Luis, quien fue diagnosticado hace unos años con distrofia muscular. Le emocionaba la idea de que sería abuelo: su única hija, Arielle, está esperando su primer bebé.

Frankie y su familia habían pasado la fiesta del Día del Padre en Boca Raton, en la casa de Carlos Pou, un compañero del Saint John’s School en Condado. Allí estudiaron todos los hermanos Kleiman y Jeff Berezdivin, el papá de la joven Deborah Berezdivin y vicepresidente de las tiendas Kress en Puerto Rico.

El sueño de Deborah Berezdivin era trabajar en el mundo de las marcas de moda de lujo. Tenía pasión por el arte y el marketing. Eso, después de su familia y su novio, el argentino Ilan Naibryf.

La joven de 21 años estudió en Baldwin School en Puerto Rico y luego asistió a la universidad de Tulane en Louisiana. Se preparaba para hacer un postgrado en la George Washington University, en DC.

Su viaje a Miami fue para ir al mismo funeral al que asistió Jay Kleiman. El fallecido también era amigo del padre de su novio y les pareció una oportunidad para verse, pues Naibryf estaba en la Universidad de Chicago.

El que los puertorriqueños, por ahora desaparecidos por el colapso de las Champlain Towers en Miami, tuvieran tantos lazos en común es conmovedor.

Ayer, los familiares seguían en una permanente vigilia sin perder la esperanza que fueran rescatados con vida de entre los restos del condominio derrumbado.