La ciudad de Nueva York lleva, desde hace tiempo, una batalla contra la plaga de ratas. En este marco, el ayuntamiento local aprobó un proyecto que busca controlar la natalidad de esos roedores. Para ello, les suministrarán pastillas anticonceptivas a los animales. Las mismas serán colocadas en contenedores especiales al alcance de estos animales para que las puedan ingerir.

El problema de las ratas en esa ciudad estadounidense es conocido en todo el mundo, e incluso desató una mini industria turística a su alrededor con personas que ofrecen recorridos para descubrir a estos roedores pululando por las calles. El año pasado, las autoridades locales nombraron a la funcionaria Kathleen Corradi para que se encargara de controlar a esos animales, a los que se denominó el “enemigo público número uno”.

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Según las estimaciones de los especialistas, las ratas tienen una capacidad reproductiva alta, lo que hace que el esfuerzo por erradicarlas o al menos disminuir la población se vuelva un trabajo complejo. Se cree que “una pareja” puede llegar a tener 15.000 descendientes en un año. Debido a su rápida reproducción, no hay estadísticas oficiales sobre la cantidad total en Nueva York. Sin embargo, los cálculos de quienes hacen control de plagas indican que habría no menos de tres millones, lo que significa una por cada ocho habitantes de la ciudad.

El programa piloto contempla la utilización de ContraPest, un tipo de anticonceptivo para roedores. En abril de este año, el concejal demócrata por Manhattan Shaun Abreu presentó un proyecto para que en Nueva York se despliegue un operativo para esparcir unos pequeños cilindros salados que atraen a las ratas y provocan que, tanto los machos como las hembras, sean esterilizadas de inmediato, perdiendo así su capacidad de reproducción.

La lucha por erradicar esta plaga de las calles de Nueva York comenzó en 1967 cuando el entonces gobernador Nelson Rockefeller anunció la creación del primer plan de mitigación de las crías: consistía en rociar carnes y cereales con estrógeno extraído de las pastillas anticonceptivas de los humanos. No obstante, el método no funcionó.

Durante las siguientes décadas, se siguieron implementando otras tácticas como el veneno, las trampas, el hielo seco, intentos de ahogamientos y demás. Fueron tantos los intentos que, en febrero de este año, la ciudad lamentó la muerte del búho Flaco, un animal liberado del zoológico de Central Park, quien falleció por ingerir pesticida para ratas, según la necropsia que se le realizó.