Lo que dijo Trump en su controvertible mensaje ante el Congreso
El pueblo me eligió para hacer el trabajo, y lo estoy haciendo”, sostuvo.

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Washington. El presidente Donald Trump prometió el martes mantener su campaña de “acción rápida e implacable” para reorientar la economía, la inmigración y la política exterior de Estados Unidos en un discurso implacable ante el Congreso que llevó a los legisladores demócratas a expresar su desacuerdo con rostros serios, carteles con la palabra “mentiras” e incluso la expulsión de uno de ellos.
El discurso en horario de máxima audiencia de Trump fue el último hito en su toma de control de la capital del país, donde la Cámara de Representantes y el Senado —liderados por los republicanos— han hecho poco para frenar al mandatario mientras él y sus aliados trabajan para reducir el tamaño del gobierno federal y redefinir el lugar del país en el mundo.
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La intervención, que duró un récord de 99 minutos, se convirtió en una desafiante presentación de las políticas que Trump prometió durante su campaña y que impulsó en sus primeras semanas de regreso en la Casa Blanca. Se comprometió a seguir efectuando cambios radicales para rescatar a la nación de lo que describió como destrucción y errores dejados por su predecesor. Rara vez se dirigió directamente al pueblo estadounidense, que intenta mantenerse al día con la reciente agitación, mientras que interpeló repetidamente a los legisladores demócratas sentados ante él.
La senadora de Michigan, Elissa Slotkin, quien ofreció la respuesta demócrata al discurso, reconoció que Estados Unidos “quiere un cambio, pero hay una forma responsable de hacer el cambio y una forma imprudente, y podemos hacer ese cambio sin olvidar quiénes somos como país y como democracia”.
Reforzado tras superar los juicios políticos en su primer mandato, superar los procesos penales entre sus dos administraciones y obtener un control firme del Congreso liderado por el Partido Republicano, Trump ha emprendido una misión para desmantelar parte del gobierno federal, remodelar la relación con los aliados de Washington y aplicar aranceles que han desatado una guerra comercial en América del Norte.
“No ha sido más que una acción rápida e implacable”, afirmó Trump acerca de sus primeras semanas en el cargo. “El pueblo me eligió para hacer el trabajo, y lo estoy haciendo”.
Trump, quien tiene al asesor multimillonario Elon Musk orquestando sus esfuerzos para reducir el tamaño y el alcance del ejecutivo federal, dijo que está trabajando para “recuperar la democracia de esta burocracia que no rinde cuentas” y volvió a amenazar a los trabajadores federales con despidos si se resisten a su agenda.
Musk, quien estaba sentado en la tribuna de la Cámara, recibió un par de ovaciones de los republicanos presentes en la sala, mientras Trump exageraba y compartía afirmaciones falsas sobre supuestos abusos gubernamentales descubiertos por el fundador de Tesla y SpaceX y su equipo de disruptores.
Trump repitió afirmaciones falsas de que decenas de millones de muertos de más de 100 años de edad reciben pagos de Seguridad Social, lo que provocó que algunos demócratas gritaran “¡No es cierto!” y “¡Son mentiras!”.
El discurso de Trump se produjo en un momento crítico de su presidencia, ya que los votantes que lo llevaron de vuelta a la Casa Blanca con la promesa de arreglar la inflación se están encontrando en cambio con un caos económico. Todas las ganancias que el S&P 500 ha logrado desde el día de las elecciones se han esfumado, mientras que las encuestas de confianza del consumidor muestran que la población considera que la inflación está empeorando.
El líder parecía dispuesto a reafirmar sus políticas comerciales, que los expertos han advertido que aumentarán los precios para los consumidores.
“Cualquier arancel que nos impongan, nosotros se lo impondremos a ellos. Cualquier cosa que nos graven, nosotros se la gravaremos a ellos”, señaló. Al mismo tiempo, trató de calmar las preocupaciones sobre el alza de precios resultante, diciendo que “Habrá una pequeña alteración, pero estamos de acuerdo con eso. No será mucho”.
Trump afirmó que una de sus “principales prioridades” era rescatar la economía y aliviar la situación de las familias trabajadoras. Prometió organizar el gobierno federal para reducir el precio de los huevos y la energía, culpó a su predecesor, el demócrata Joe Biden de la situación, y ofreció pocos detalles sobre sus propios planes.
Además, pidió la prórroga de los recortes fiscales de su primer mandato y financiación federal adicional para su ofensiva fronteriza, incluida sus promesa de una “deportación masiva” de las personas que viven en el país sin los permisos pertinentes.
Celebró su dura política migratoria apuntando que “Parece que todo lo que realmente necesitábamos era un nuevo presidente”.
Hablando sobre su prometido recorte fiscal, el presidente pareció provocar a los demócratas al decir que “Estoy seguro de que van a votar por esos recortes de impuestos. Porque, de lo contrario, no creo que la gente los vuelva a elegir”.
El telón de fondo era la nueva incertidumbre económica desatada después de que Trump comenzara el día imponiendo aranceles elevados a las importaciones de los vecinos y socios comerciales más cercanos del país. Un arancel del 25% a los productos procedentes de Canadá y México entró en vigor a primera hora del martes —aparentemente para garantizar una mayor cooperación en la lucha contra el tráfico de fentanilo y la inmigración ilegal—, lo que provocó represalias inmediatas y generó temores de una guerra comercial más amplia. Trump también subió los aranceles a los productos chinos al 20%.
Los republicanos se mostraron exultantes cuando Trump se acercó al atril, coreando “¡EEUU! ¡EEUU!” mientras el presidente disfrutaba de los vítores. Los legisladores del Partido Republicano estaban eufóricos tras haber logrado la trifecta de Casa Blanca, Senado y Cámara de Representantes en las elecciones. Sin embargo, enfrentan la difícil tarea de cumplir con la agenda de Trump y evitar un cierre del gobierno a finales de este mes.
Al otro lado del pasillo, los demócratas dejaron clara su postura desde el inicio: la mayoría estuvieron sentados sin aplaudir ni hacer contacto visual con Trump en su presentación.
Tras varias interrupciones, el presidente de la Cámara, Mike Johnson, intervino y pidió que se restableciera el decoro en el hemiciclo mientras los republicanos gritaban “¡EEUU!” para ahogar los gritos de los demócratas. Johnson ordenó después la expulsión del representante de Texas, Al Green, de la sala.
“Vale la pena hacer saber a la gente que hay gente que vana levantarse” ante Trump, dijo Green a reporteros tras su expulsión.
Otros demócratas levantaron carteles críticos con lemas como “Salven Medicaid” y “Protejan a los veteranos” durante el discurso de Trump, buscando aumentar la conciencia pública sobre elementos de la agenda del presidente que consideran que pueden darles de nuevo una mayoría.
Algunos demócratas eligieron resaltar el impacto de las acciones de Trump al invitar a trabajadores federales despedidos a la sesión, incluyendo a un veterano discapacitado de Arizona, un trabajador de salud de Maryland y un empleado forestal implicado en la prevención de incendios forestales en California.
Trump también utilizó su discurso para abordar sus propuestas para fomentar la paz en Ucrania y en Oriente Medio, asuntos en los que ha desmantelado, sin ceremonias, las políticas de Biden en cuestión de semanas. El lunes, Trump ordenó congelar la asistencia militar estadounidense a Kiev, acabando con años de firme apoyo estadounidense al país en su defensa contra la invasión de Rusia.
Trump leyó una carta que recibió el martes de su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, en la que decía que quiere regresar a la mesa de negociaciones después de que una explosiva reunión en la Oficina Oval la semana pasada rompió las conversaciones para un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania.
“Hemos tenido discusiones serias con Rusia y hemos recibido señales claras de que están listos para la paz”, dijo Trump. “¿No sería hermoso?”.
También anunció la detención de un sospechoso por el atentado suicida de 2021 en el aeropuerto de Kabul que mató a soldados estadounidenses durante la retirada de Afganistán.
El discurso de Trump, que duró una hora y 39 minutos, fue el más largo pronunciado nunca por un presidente ante el Congreso, superando el récord de Bill Clinton de una hora y 28 minutos.
En la tribuna, junto a la primera dama Melania Trump, había invitados como Elliston Berry, de 15 años, de Aledo, Texas, quien fue víctima de una imagen deepfake explícita enviada a sus compañeros de clase, o familiares de Corey Comperatore, el exjefe de bomberos de Pensilvania que fue asesinado mientras protegía a su familia durante un intento de asesinato contra Trump el verano pasado.
Los legisladores republicanos vitorearon el final del discurso con cánticos que recordaron a las palabras del mandatario luego de que una bala le rozó la oreja; “¡Lucha! ¡Lucha! ¡Lucha!”.