Lizette Valarino: propulsora incansable de la educación y el arte
La puertorriqueña lleva más de 30 años sirviendo y ayudando al desarrollo profesional de los hispanos en Orlando.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Orlando, Florida. Gracias a ella, hay un latino ingeniero y aeronauta que trabaja en la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, en inglés). Fue por ella también que otro joven logró su sueño de trabajar con los rieles del famoso ferrocarril de Disney World, y cientos de féminas migrantes han alcanzado sus metas profesionales.
Se trata de la puertorriqueña Lizette Valarino, quien vela por la comunidad latina en Orlando desde su llegada a la ciudad con su esposo Fremio Valarino, su hijo e hija en el 1987.
Nacida en Santurce, vivió sus primeros años en Estados Unidos antes de que su padre, quien describe como “un gitano” por su estilo de vida nómada, trasladara a su familia a Venezuela. Años después, Valarino obtuvo un bachillerato en educación secundaria en España y regresó a Venezuela, donde conoció a su esposo. Aunque ya había formado su familia en Venezuela, vivir de primera mano los cambios sociopolíticos en ese país, los impulsó a salir para construir su nuevo hogar en Orlando.
Desde que Valarino pisó suelo floridano, se enfocó en el mejoramiento de la comunidad latina.
“Yo vivo aquí. Este es mi hogar y la comunidad. Si tú quieres algo en la comunidad, tú tienes que hacerlo. Eso no va a suceder solo. Yo quería que (Orlando) fuese una comunidad para criar a mis hijos, quería que fuese un buen sitio para ellos. Para poder lograr eso, yo tenía que contribuir de alguna manera”, explicó.
Su labor filantrópica dio comienzo cuando su esposo, ya fallecido, creó la Asociación Venezolana, única de su clase en aquellos tiempos. Valarino comenzó a darle promoción a la organización y esta labor la llevó a redactar artículos de la comunidad latina en medios locales. Luego, fue nombrada en el 1997 como asistente especial del entonces alcalde del Condado de Orange, Mel Martínez. Su propósito en el puesto gubernamental era servir como enlace con la comunidad hispana, encomienda que se tomó a pecho, pues en esta posición fundó el comité de Celebración de la Herencia Hispana del Condado de Orange en el 1999 para celebrar la herencia hispana.
“Cuando estábamos haciendo los eventos (de la herencia hispana), el último fue gala y trajo dinero, pero como no éramos organización sin fines de lucro y empleados del gobierno, no podían quedarse con dinero. (Por eso), se me ocurrió crear las becas”, rememoró.
La creación del comité para celebrar la herencia hispana abrió la puerta para la creación del Fondo de Becas de la Herencia Hispana de Metro Orlando en el 2000 que, desde su fundación, ha otorgado más de $1.7 millones en becas a más de 350 estudiantes latinos de Orlando.
“Son nuestros chicos locales que se prepararon en nuestras universidades locales”, manifestó con orgullo. “Son ya casi 400 estudiantes que hay allá fuera que ahora son profesionales y están contribuyendo en la comunidad. Esos van a ser nuestros médicos, los pediatras de nuestros niños, los legisladores y sabe Dios que estarán a cargo de lo que sucede en nuestro alrededor”, subrayó.
De manera retrospectiva, Valarino aseguró que uno de sus mayores logros es haber contribuido en la fundación del Hispanic American Professional & Business Women’s Association (HAPBWA), que provee oportunidades para el desarrollo profesional de latinas inmigrantes en Orlando.
“Mi orgullo en la organización es que todavía esté y que esté firme en nuestra comunidad y que la conozcan bien. Muchísimas mujeres que estaban recién llegadas aquí que no tenían esa base de dónde aferrarse (y) encontraron un lugar en HAPBWA y ese era nuestro deseo: el desarrollo profesional de la mujer hispana en nuestra comunidad”, reiteró.
Más allá de su trabajo comunitario, fundó en el 1996 la empresa The Idea Factory, donde ofrecía servicios de traducción en inglés y español. “Ha sido una labor de amor. Yo no puedo ver personas que están necesitadas de aliento y no darle ese aliento. ¿Qué recibí a cambio? El cariño de la gente”, resaltó.
“El arte es vida”
Un diagnóstico médico que recibió de pequeña detuvo sus planes de ser bailarina. Pero, eso no tronchó su amor por las artes clásicas. Por lo contrario, se adentró en el mundo de las artes y se convirtió en miembro de la junta directiva de Opera Orlando, donde preside el comité de mercadeo.
“Mami decía que yo nací bailando. Siempre tuve esa afinidad (al arte y al baile)”, narró sonriente.
Por su pasión del ballet, también dirigió el comité de la planificación del estreno mundial de ¡BAILAMOS! del Orlando Ballet y, actualmente, lidera el comité Amigos de Orlando Ballet.
“El arte es vida y considero que es de vital importancia que permanezca como una parte integral de la educación de nuestros hijos. El arte, no importa cuál sea, ofrece muchísimo para el espíritu, alimenta el espíritu (y) esa búsqueda interna del ser humano de algo más y el arte proporciona ese algo más”, recalcó.