La falta de combustible se perfila como una de las posibles causas del trágico accidente de helicóptero ocurrido este jueves en el río Hudson, en el que murieron cinco miembros de una familia españolaun matrimonio y sus tres hijos pequeños—, además del piloto.

Así lo señaló Michael Roth, el director ejecutivo de New York Helicopter, la empresa operadora de la aeronave, quien reveló al diario británico The Telegraph que “el piloto llamó para avisar que estaba aterrizando y que necesitaba combustible”. No obstante, no descartó otras hipótesis, como un posible impacto con un ave o una falla en las palas del rotor principal.

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Mientras tanto, las causas exactas del devastador siniestro siguen bajo investigación por parte de la Administración Federal de Aviación (FAA) y la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB).

Imágenes difundidas por medios locales muestran cómo las aspas del helicóptero se desprendieron en pleno vuelo, segundos antes de que la nave cayera bruscamente al agua.

Roth, en declaraciones al New York Post, insistió en que tras revisar los videos disponibles pudo observar que “las hélices del rotor principal no estaban en el helicóptero”, una anomalía que, según dijo, nunca había visto en sus 30 años de experiencia en el sector. “Lo único que podría suponer, pero no tengo ni idea, es que hubo un impacto con un ave o que las palas del rotor principal fallaron. No lo sé”, lamentó.

Además de las teorías relacionadas con una colisión aviar o un fallo mecánico, se ha mencionado la posibilidad de un agotamiento de combustible, ya que el piloto había advertido que necesitaba repostar. Sin embargo, esta hipótesis no explica por sí sola la pérdida de las partes principales de la aeronave en pleno vuelo.

Según el rastreo de Flight Radar, el helicóptero Bell 206 llevaba 15 minutos en el aire y había recorrido aproximadamente seis kilómetros en el momento del accidente. Testigos presenciales afirmaron al New York Post que todo sucedió en cuestión de segundos. Roth también relató al Wall Street Journal que, poco antes del siniestro, comenzó a recibir numerosos mensajes y que otro de sus pilotos le informó que había visto el helicóptero accidentado “al revés” antes de caer.

Antecedentes de la empresa

La empresa operadora del helicóptero, New York Helicopter Charter, tiene una larga trayectoria en vuelos turísticos en la ciudad de Nueva York, aunque con varios incidentes de seguridad en su historial.

En 2013, uno de sus helicópteros que transportaba a cuatro turistas suecos perdió potencia de forma repentina y se vio obligado a realizar un aterrizaje de emergencia en el río Hudson, cerca del Upper West Side. El piloto logró inflar los flotadores del helicóptero Bell 206, permitiendo que se mantuviera a flote. Todos los pasajeros fueron rescatados sin heridas graves.

En 2015, otro helicóptero de la empresa se estrelló mientras planeaba a unos seis metros del suelo tras despegar en el norte de Nueva Jersey. El piloto informó que la aeronave comenzó a girar fuera de control antes de realizar un aterrizaje forzoso.

Posteriormente, una investigación reveló que el helicóptero había sufrido previamente un aterrizaje brusco en Chile en 2010 y que, tras ese accidente, se le había instalado un eje de transmisión defectuoso, calificado como “no aeronavegable”. Según los investigadores, el componente defectuoso había sido ocultado deliberadamente, lo que impedía identificar su origen exacto.

El helicóptero involucrado en el accidente de 2015 era un modelo Bell 206 alquilado a Meridian Helicopters, empresa de Louisiana, la misma que figura como propietaria del helicóptero siniestrado en el Hudson el jueves.

Además de los problemas técnicos, New York Helicopter Charter ha enfrentado dificultades financieras en los últimos años. La empresa se declaró en bancarrota en 2019, alegando que su negocio se había visto afectado por cambios en las políticas de tráfico aéreo en Nueva York. Más recientemente, en diciembre pasado, uno de sus helicópteros fue embargado tras incumplir los pagos de arrendamiento, según una demanda presentada en enero en un tribunal federal de Manhattan.

Durante sus años de mayor éxito, a mediados de los años 2000, New York Helicopter Charter atendía a clientes de alto perfil, como el diseñador Calvin Klein y el hotelero Ian Schrager. Sin embargo, el aumento de vuelos provocó un crecimiento en las quejas ciudadanas por el ruido, lo que llevó a la ciudad a imponer nuevas restricciones a los operadores turísticos.

Otros accidentes de helicópteros en Nueva York

El trágico accidente ha reavivado el debate sobre la seguridad de los vuelos turísticos en Nueva York, donde, desde 1977, al menos 38 personas han perdido la vida en accidentes de helicóptero. Entre los incidentes más recientes se destacan:

2025: Seis personas murieron cuando un helicóptero se precipitó al río Hudson.

2021: Un helicóptero sufrió daños graves durante un aterrizaje forzoso en Manhattan; afortunadamente, tanto el piloto como el copiloto resultaron ilesos.

2019: Un helicóptero ejecutivo chocó contra el techo de un rascacielos en espacio aéreo restringido, lo que causó la muerte del piloto.

2018: Cinco personas, incluida una turista argentina de 28 años, fallecieron ahogadas cuando un helicóptero turístico con “puertas abiertas” se estrelló en el East River.

2011: Tres personas perdieron la vida tras la caída de un helicóptero turístico en el East River.

Estos antecedentes subrayan la creciente necesidad de una revisión exhaustiva de las regulaciones que rigen los vuelos turísticos en la ciudad, especialmente considerando la alta frecuencia de estos vuelos y los riesgos asociados con el tráfico aéreo en una urbe de tal magnitud.