Las interrogantes que despierta el globo chino
El gobierno de Joe Biden se debate entre derribarlo o dejarlo volar.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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Washington. ¿Qué es esa cosa?
Una enorme bola blanca que atraviesa el espacio aéreo estadounidense ha desatado un tobellino diplomático y está causando furor en las redes sociales.
China insiste en que no es más que un aparato civil errante utilizado principalmente para investigación meteorológica que se desvió de su rumbo a causa del viento. Y afirma que apenas tiene capacidad de “autodirigirse”.
Pero Estados Unidos sostiene que, sin lugar a dudas, se trata de un globo espía chino. Su presencia llevó al secretario de Estado, Antony Blinken, a cancelar una visita a China con la que se buscaba rebajar las tensiones, ya de por sí altas, entre las dos naciones.
El Pentágono dice que el globo, que cuenta con sensores y equipos de vigilancia, es maniobrable y ha demostrado que puede cambiar de rumbo. Ha merodeado por lugares sensibles de Montana, donde hay silos de cabezas nucleares, lo que hizo que el ejército tomase medidas para evitar que recopile inteligencia.
Un portavoz del Pentágono indicó que podría seguir sobrevolando el país durante “unos días”, ampliando la incertidumbre sobre a dónde se dirige o si Estados Unidos tratará de derribarlo de forma segura.
A continuación, un vistazo a lo que se sabe, y lo que no, acerca del globo.
Globo espía
El Pentágono y otras autoridades estadounidenses dicen que se trata de un globo espía chino, del tamaño de aproximadamente tres autobuses escolares, que sobrevuela el país hacia el este a una altitud de alrededor de 60,000 pies. Estados Unidos dice que se estaba utilizando para vigilancia y recopilación de inteligencia, pero los funcionarios han proporcionado pocos detalles.
Según Estados Unidos, el gobierno de Biden estaba al tanto de su existencia incluso antes de que entrase en el espacio aéreo del país por Alaska a principios de semana. Varios funcionarios hablaron bajo condición de anonimato para discutir el delicado asunto.
La Casa Blanca afirmó que el presidente Joe Biden fue informado por primera vez sobre el globo el martes. Y el Departamento de Estado apuntó que Blinken y la subsecretaria Wendy Sherman trataron el asunto con el funcionario chino de mayor rango en Washington el miércoles en la noche.
En la primera declaración pública del país, el general de brigada Pat Ryder, secretario de prensa del Pentágono, indicó el jueves por la noche que el globo no suponía una amenaza militar o física, un reconocimiento de que no portaba armas. Y apuntó que “una vez que se detectó, el gobierno estadounidense actuó de inmediato para protegerse contra la recopilación de información sensible”.
Aunque no esté armado, el artilugio supone un riesgo para la nación, afirmó el general retirado del Ejército John Ferrari, miembro del American Enterprise Institute. El vuelo en sí, apuntó, puede usarse para poner a prueba la capacidad estadounidense de detectar amenazas entrantes y encontrar agujeros en el sistema de alerta de defensa aérea. Además, podría permitir a los chinos detectar emisiones electromagnéticas que los satélites, a mayor altitud, no pueden captar, como radiofrecuencias de baja potencia que podrían ayudarles a entender cómo se comunican los distintos sistemas de armas.
Beijing podría haber enviado el globo “para demostrarnos que puede hacerlo, y quizás la próxima vez podría tener un arma. Así que ahora tenemos que gastar tiempo y dinero” en desarrollar defensas, añadió.
¿Dejarlo volar? ¿Derribarlo?
Según altos funcionarios del gobierno, en un primer momento Biden quería derribarlo. Y algunos miembros del Congreso se han hecho eco de ese sentimiento.
Pero los altos mandos del Pentágono desaconsejaron firmemente esa medida por los riesgos para la seguridad en tierra, y Biden aceptó.
Un funcionario dijo que el paquete de sensores que porta el artilugio pesa hasta 1,000 libras. Y el globo es lo suficientemente grande y está lo suficientemente alto como para que el posible campo de escombros con sus restos se extienda por varias millas, sin que se pueda controlar dónde podrían caer.
Por el momento, los funcionarios dicen que lo vigilarán epleando “diversos métodos”, incluyendo aviones. El Pentágono ha dicho también que no supone una amenaza militar y no otorga a China ninguna capacidad de vigilancia que no tuviese ya con los satélites espía.
Pero Estados Unidos mantiene sus opciones abiertas y seguirá monitoreando el vuelo.
Jim Himes, el principal diputado demócrata en el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, sugirió que podría ser valioso tratar de capturarlo para estudiarlo. “Preferiría tener un globo de vigilancia chino que estar limpiando uno en campo de escombros de más de 100 millas cuadradas”, afirmó.
¿Cómo ha llegado?
¿Fue deliberado o fue un accidente? Sobre esto también hay discrepancias.
En cuanto a los patrones de viento, la teoría china de que las corrientes globales de aire -los conocidos como vientos del oeste- llevaron el aparato desde su rerritorio al oeste de Estados Unidos es plausible, dijo Dan Jaffe, profesor de química atmosférica en la Universidad de Washington. Durante dos décadas, Jaffe ha estudiado el papel que desempeñan esos mismos patrones de viento en la llegada a Estados Unidos de la contaminación atmosférica de las ciudades chinas, el humo de los incendios de Siberia y el polvo de las tormentas de arena del desierto del Gobi.
“Esto es totalmente coherente con lo que sabemos sobre los vientos”, explicó Jaffe. “El tiempo de tránsito desde China a Estados Unidos sería de alrededor de una semana”.
“Cuánto más alto esté, más rápido va”, agregó añadiendo que los globos meteorológicos y de investigación suelen tener una capacidad de dirección de acuerdo con su sofisticación, desde la incapacidad total a una limitada.
Estados Unidos no se ha pronunciado, pero insiste en que el globo es maniobrable, sugiriendo que, de alguna forma, China movió deliberadamente el aparato hacia o dentro del espacio aéreo estadounidense.
Historia de los globos espía
Los globos espía no son algo nuevo. Los primitivos datan de hace siglos, pero empezaron a usarse más en la Segunda Guerra Mundial.
Funcionarios gubernamentales señalaron el viernes que ha habido otros incidentes similares con globos espía chinos, y uno afirmó que esto ocurrió dos veces durante el gobierno del expresidente Donald Trump pero nunca se hizo público.
En el Pentágono, Ryder confirmó que había habido otros episodios en los que los globos se acercaron o cruzaron la frontera estadounidense, pero él y otros coinciden en que lo distinto esta vez es el tiempo que ha pasado sobre el territorio estadounidense y cuánto se ha adentrado.
Según Craig Singleton, de la Fundación para la Defensa de las Democracias, estos aparatos chinos han sido avistados en numerosas ocasiones en los últimos cinco años en distintas partes del Pacífico, incluso en las inmediaciones de instalaciones militares estadounidenses sensibles en Hawái. Los hinchables de gran altitud, afirmó, sirven como plataformas de bajo costo para recopilar información de inteligencia y algunos podrían emplearse supuestamente para detectar misiles hipersónicos.
Durante la IIGM, Japón lanzó miles de globos de hidrógeno con bombas y cientos terminaron en Estados Unidos y Canadá. La mayoría no tuvieron consecuencias, pero uno fue letal. En mayo de 1945, seis civiles murieron tras la explosión de uno que encontraron en Oregon.
Después de la guerra fueron los propios dispositivos estadounidenses los que dieron lugar a las historias y habladurías sobre extraterrestres ligadas a Roswell, Nuevo México.
De acuerdo con documentos y estudios de investigación militar, Estados Unidos comenzó a utilizar cadenas gigantes de globos y sensores que tenían más de 600 pies de largo dentro de un esfuerzo temprano para detectar lanzamientos de misiles soviéticos durante la posguerra. Se llamó Proyecto Mogul.
Una de esas filas de globos se estrelló en el aeródromo militar de Roswell en 1947 y personal de la Fuerza Aérea que no estaba al tanto del programa encontró los restos. El inusual equipo experimental era dificil de indentificar, lo que dejó a los operarios con preguntas sin respuesta que con el tiempo, y con la ayuda de los entusiastas de los ovnis, tomaron vida propia. La respuesta más sencilla, según los reportes militares, estaba justo encima de la Sierra del Sacramento, en el lugar de lanzamiento del Proyecto Mogul, en Alamogordo.
En 2015, un dirigible de vigilancia del Ejército no tripulado se soltó de su amarre en el Aberdeen Proving Ground, en Maryland, y sobrevoló Pensilvania durante horas con dos aviones de combate a su cola, provocando apagones a medida que arrastraba su atadura por el tendido eléctrico. Ante el asombro de los residentes, el aparato de 240 pies de largo cayó en pedazos en el campo en Muncy, Pennsylvania. En ese momento todavía tenía helio en el morro, por lo que la policía estatal le disparó alrededor de un centenar de balas para desinflarlo.