PHOENIX. Robert F. Kennedy Jr. afirmó el viernes que ha cumplido los requisitos para ser incluido en las papeletas de suficientes estados como para poder ganar la presidencia como candidato independiente, pero hay una importante salvedad: al menos 10 de esos estados no han certificado su candidatura.

Kennedy está tratando de asegurarse un lugar en la boleta electoral en estados con al menos 270 votos del Colegio Electoral, el mínimo necesario para convertirse en presidente, antes de la fecha límite del 20 de junio, para poder participar en un debate de CNN este mes.

La campaña de Kennedy dijo que había presentado 3,300 firmas en Minnesota el viernes y enumeró el estado entre los 19 estados con 278 votos colegiados en los que afirma haber logrado acceso a la boleta. Pero, según admite su propio equipo de campaña, al menos la mitad de esos estados no han verificado que su solicitud sea válida.

CNN ha señalado que no contará los estados en los que Kennedy ha solicitado el acceso a las urnas pero no se ha confirmado. Kennedy presentó el mes pasado una queja ante la Comisión Federal de Elecciones, en la que acusa a la cadena de coludirse con el presidente demócrata Joe Biden y el virtual candidato republicano Donald Trump para excluirlo del debate.

Kennedy tampoco ha cumplido el requisito del debate de obtener al menos un 15% en cuatro encuestas de prestigio.

Biden y Trump aceptaron el debate de CNN y un segundo, el 10 de septiembre, organizado por ABC, pasando por alto a la comisión no partidista que ha organizado los debates durante casi cuatro décadas.

Kennedy, abogado ambientalista y activista antivacunas, abandonó las primarias demócratas contra Biden el año pasado y empezó a hacer campaña como independiente. Entre los principales obstáculos a los que se enfrenta está el costoso y largo requisito de conseguir el acceso a las urnas en cada estado, lo que lo obliga a recoger millones de firmas que deberán ser verificadas por los funcionarios electorales antes de que se apruebe su candidatura.

Ha conseguido seguidores leales entre personas inconformes con diversas instituciones estadounidenses, entre ellas el gobierno, las empresas y los medios de comunicación, un grupo ideológicamente ecléctico que tendrá un impacto impredecible en las elecciones. Tanto Biden como Trump temen que Kennedy atraiga a votantes que de otro modo podrían votar por ellos.