Juicio de George Floyd trae algo de esperanza a la comunidad negra
“Un caso, un veredicto, no cambia cómo ha operado el racismo sistemático en nuestro sistema”, opinó Martin Luther King III.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
PUBLICIDAD
Minneapolis. El alivio, aunque sea fugaz y temporal, es un sentimiento que los afroestadounidenses rara vez han sentido en Estados Unidos: desde la esclavitud a la segregación de Jim Crow y persistentes castigos por ser negro, ha sido difícil dar un soplo de aire fresco libre de opresión.
Sin embargo, la condena del expolicía Derek Chauvin por asesinar a George Floyd hace casi un año permitió que muchos en Minneapolis y en todo el país liberasen algo de la ansiedad acumulada, y vieran un atisbo de esperanza.
Pero, ¿qué forma podría tomar esa esperanza?
La sentencia para Chauvin -declarado culpable de asesinato y homicidio por presionar el cuello de Floyd con la rodilla, asfixiándole hasta que dejó de moverse el pasado mayo- mostraba de nuevo a los afroestadounidenses y a sus compatriotas que el sistema legal puede reconocer el valor de las vidas negras.
Relacionadas
O, al menos, puede exigir responsabilidades a un policía blanco de Minnesota por lo que muchos declararon como un claro acto de asesinato hace meses.
“Este podría ser el principio de la restauración en la creencia de que el sistema de justicia puede funcionar”, dijo el activista de derechos civiles Martin Luther King III, una opinión muy repetida el martes.
“Pero tenemos que mantenernos en la batalla de una forma pacífica y no violenta, y hacer demandas”, añadió. “Esto ocurre desde hace años, y un caso, un veredicto, no cambia cómo ha operado el racismo sistemático en nuestro sistema”.
Alexandria De La Cruz, una madre de Minneapolis, llevó a su hija de siete años al cruce donde fue asesinado Floyd, ahora llamado Plaza George Floyd. Junto a los cientos de personas reunidos allí -negros, blancos y otros- De La Cruz estalló en vítores cuando se anunció que Chauvin había sido condenado por los tres cargos que afrontaba.
“Siento alivio de que el sistema de justicia funciona, hoy está funcionando”, dijo De La Cruz.
Su hija, Jazelle, llevaba una sudadera con capucha con el mensaje “Dejen de matar a gente negra”. Quizá es un recordatorio, dijo su madre, de que aún queda tarea por hacer para asegurar que la sensación de alivio no es tan pasajera esta vez.
“Es importante traerla (a la plaza) para que pueda ver lo que le ocurre a nuestra gente, para que pueda ver lo que es este país de verdad”, dijo De La Cruz.
Los afroestadounidenses han vivido momentos similares antes. En los últimos años han seguido las condenas de los agentes que mataron a Oscar Grant, Laquan McDonald y Walter Scott. Sin embargo, las familias de algunas de esas víctimas siguen reclamando más responsabilidades a una cultura policial que nunca ha demostrado cambios o reformas significativas tras las condenas a agentes.
Incluso antes de que terminara el juicio a Chauvin, el país y la región de las Ciudades Gemelas se vieron conmocionados por otra muerte de un hombre negro desarmado a manos de la policía. Esta vez fue Daunte Wright, de 20 años, que fue baleado en Brooklyn Center, unos 16 kilómetros (10 millas) al norte de Minneapolis.
Keith Ellison, el primer secretario de Justicia negro de Minnesota, dijo que la decisión del jurado era un recordatorio de lo difícil que ha sido conseguir cambios duraderos y evitar la inestabilidad y la desobediencia civil que envolvió al país y a parte del mundo el verano pasado.
Ellison añadió que Estados Unidos conoce y en gran parte ignora las causas del descontento en las comunidades negras. Hace más de un siglo, las comisiones de Kerner y McComb advirtieron en sus estudios sobre protestas raciales en contra de hacer precisamente eso.
“Aquí estamos, en 2021 aún abordando el mismo problema”, dijo Ellison. “Esto tiene que terminar. Necesitamos justicia auténtica. Eso no es un caso. Eso es una transformación social que dice que nadie está por debajo de la ley, y nadie está por encima”.
Rashad Robinson, presidente del grupo de justicia racial Color of Change, expresó una opinión similar.
“No podemos tener, cada una de las veces, alzamientos populares para conseguir justicia, ni deberíamos tener que mantener una conversación sobre exigir responsabilidades a los agentes de policía cando van por ahí matándonos”, dijo Robinson.
De modo que, una vez más, ¿a qué podrían aspirar los afroestadounidenses después del juicio a Chauvin?
La cuestión no puede limitarse a poner más policías ante un juez y un jurado, o encarcelar a más agentes, dijo Miski Noor, activista del grupo de las Ciudades Gemelas Black Visions Collective.
“En realidad eso no detiene los asesinatos de personas negras”, dijo Noor. “Tratamos de llegar a un mundo en el que no se pierdan vidas, en el que la gente negra de verdad pueda vivir”.
Esa es la esperanza.
Por mucho alivio que lleven los veredictos a la familia Floyd, nadie lo ve como un final feliz en la búsqueda de la justicia. Y aún hay otros tres expolicías de Minneapolis a la espera de juicio por su papel en el caso.
Brandon Williams, sobrino de Floyd, describió el veredicto como “un momento decisivo para Estados Unidos”.
“Es algo que este país necesitaba desde hacía tiempo”, dijo. “Necesitamos que todos y cada uno de los agentes rindan cuentas. Y hasta entonces, sigue dando miedo ser un hombre o una mujer negros en Estados Unidos al encontrarse con la policía”.