La historia de Aleysha Ortiz ha llamado la atención de muchas personas, luego de que se graduara con honores del instituto Hartford Public High School, en Connecticut, Estados Unidos, y hasta logró una beca universitaria.

Sin embargo, esta joven de 19 años no se siente nada orgullosa, sino que es todo lo contrario: está defraudada y se quejó de que el sistema educativo falló y que nunca se preocuparon porque ella aprendiera a leer y a escribir.

Aunque esto parece sacado de una película, la realidad es que durante todos estos años Ortiz nunca recibió una educación adecuada, tanto así que presentó una demanda en contra de las autoridades de su escuela y de la ciudad por haber vivido una experiencia “traumática” en la que nunca le enseñaron nada.

Aleysha Ortiz llegó muy niña a los Estados Unidos, ella y su familia son oriundos de Puerto Rico en busca de nuevas oportunidades. En Connecticut estudió primaria y secundaria y duró 12 años dentro del sistema público de la localidad de Hartford.

A pesar de todos esos años en las aulas de clase, se graduó sin leer ni escribir y pasó los cursos gracias a la tecnología, ya que esta herramienta era clave a la hora de hacer las tareas, debido a que convertía la voz en texto y viceversa.

Esta joven decidió demandar a la institución por haberla promocionado año tras años sin brindarle las herramientas básicas para su futuro y por nunca darse cuenta de que tenía déficit de aprendizaje.

Según una declaración que dio en el medio de comunicación The Connecticut Mirror, en los 12 años que estuvo en la escuela los profesores nunca le dieron una buena educación. “Me empujaron. Me cambiaron de clase y no me enseñaron nada”.

Ella, en una reunión con el consejo municipal, testificó que, a pesar de ser analfabeta, recibió un diploma con honores por su rendimiento académico y era algo injusto, debido a que ella no sabía nada y para aprenderse las cosas debía grabarlas en su celular y luego escucharlas varias veces.

Así fue la demanda que interpuso

En mayo de 2024, tomó la decisión de demandar a la Junta de Educación de Hartford y a la ciudad por negligencia y por haber violado sus derechos a recibir una educación justa.

La abogada de esta joven, Courtney Spencer, habló acerca de este caso y para ella no deja de ser sorprendente, ya que fueron muchos años que cursó Aleysha sin ni siquiera saber tomar un lápiz.

“Es uno de los casos más impactantes de desatención educativa que vio en toda su carrera. Nunca debió haber sucedido y no debería estar sucediendo. Todo su futuro se verá afectado”, lamentó.

Por otro lado, en una entrevista que concedió al medio de comunicación CNN, contó que su experiencia educativa fue bastante “traumática” y especificó que, por sus dificultades de aprendizaje, fue apartada y pasó meses sin un maestro de educación especial o de apoyo que le explicara mejor las clases.

En varias ocasiones fue ridiculizada por los profesores, tanto así que recordó la vez que quedó bajo supervisión de Tilda Santiago, su gestora de casos de educación especial, la cual la sometió a “acoso y hostigamiento repetidos” y la menospreció frente a sus compañeros.

¿Cómo se graduó sin saber leer ni escribir?

La madre de Aleysha, Carmen Cruz, contó al mismo medio de comunicación mencionado anteriormente que desde que su hija estaba pequeña notó que tenía dificultades de aprendizaje y por eso se mudaron a Connecticut con la esperanza de que allí recibiera los mejores servicios educativos.

A pesar de que en varias ocasiones intentó hablar con los profesores acerca del problema que tenía su hija, ellos hicieron caso omiso y nadie hizo nada para que la ayudaran.

“Yo no hablaba muy bien inglés, no conocía las reglas de las escuelas y me decían muchas cosas. Me dejaba llevar por lo que me decían los profesores porque no entendía nada”, recordó.

Mientras estudiaba, encontró en la tecnología una herramienta clave para sobrellevar su educación. “Las aplicaciones me dieron una voz que nunca pensé que tuviera”.

Gracias a este método y su esfuerzo, pudo mejorar sus calificaciones. Mientras sus amigas salían al centro comercial, ella dedicaba horas de estudio para así alcanzar el más alto rendimiento académico, tanto así que consiguió ser aceptada en la Universidad de Connecticut en la carrera de políticas públicas.

Pero, esto no la hace sentir orgullosa, ya que los profesores en su caso fueron negligentes y le quitaron la oportunidad de aprender, así como lo hicieron sus otros compañeros y amigos.

“Me quitaron la oportunidad de aprender. Me robaron algo (…) Quería hacer más y no tuve la oportunidad de hacerlo”, concluyó.