Washington. - Una de las dos bombas que partieron de Yemen destinadas a sinagogas en la zona de Chicago estuvo a punto de escapársele a los investigadores incluso después de que fueran alertados sobre su existencia, dijeron el domingo un funcionario estadounidense y un consultor de seguridad británico.

El error muestra que la presunta bomba de al-Qaida era lo suficientemente sofisticada como para pasar desapercibida. También reveló lo cerca que estaban los terroristas de enviar explosivos por avión hasta Estados Unidos.

Integrantes del cuerpo de espionaje supieron de un par de paquetes explosivos en aviones en Inglaterra y los Emiratos Arabes Unidos el viernes por la mañana.

Tras una revisión de seis horas a los paquetes de carga en el aeropuerto de East Midlands, en el centro de Inglaterra, la policía de Leicestershire no encontró nada y retiró el perímetro de seguridad que había establecido, dijo el consultor de seguridad en la aviación británica Chris Yates.

Sin embargo, cuando las autoridades en Dubai dijeron que habían descubierto una bomba oculta con forma de cartucho de impresora, las autoridades instaron a que los británicos revisaran de nuevo, dijo el funcionario estadounidense que pidió no ser identificado pues no estaba autorizado para hablar sobre el asunto.

"Por consecuencia, volvieron a poner el perímetro de seguridad, revisaron de nuevo y encontraron los explosivos", dijo Yates, respaldándose en un reporte que le entregó un testigo de la revisión.

El asesor contra el terrorismo del presidente Barack Obama, John Brennan, calificó a los explosivos como "un aparato muy sofisticado en términos de cómo estaba construido y cómo estaba oculto".

"Era un aparato variable. Era autocontrolado, así que pudo ser detonado y activado", dijo Brennan al programa de la cadena NBC "Meet the Press". Brennan agregó que las autoridades intentan determinar cuál era el objetivo del ataque, ya que podrían ser los aviones o las sinagogas a las que los paquetes estaban destinados.

El viernes por la noche, la Policía de Leicestershire entregó el control de la investigación a la Policía Metropolitana, conocida también como Scotland Yard.

La policía de Leicestershire rechazó responder preguntas sobre la investigación el domingo y remitió las llamadas a la Scotland Yard, que suele encargarse de los casos de terrorismo en Gran Bretaña.