Imposible que extranjeros influyan en las elecciones de Estados Unidos
Según la Agencia de Seguridad Cibernética y la Infraestructura de Estados Unidos.
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WASHINGTON. La seguridad de los sistemas electorales de Estados Unidos se ha vuelto tan fuerte que Rusia, Irán o cualquier otro adversario extranjero no podrán alterar el resultado de las elecciones presidenciales de este año, dijo el miércoles la directora de la agencia de ciberseguridad de la nación.
Jen Easterly comentó en una entrevista con The Associated Press que la votación, el recuento de boletas y otra infraestructura electoral es ahora más segura que nunca.
“Los actores maliciosos, incluso si lo intentan, no podrán tener un impacto de una magnitud tal que produjera un efecto importante en el resultado de las elecciones”, dijo Easterly, directora de la Agencia de Seguridad Cibernética y la Infraestructura de Estados Unidos.
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Organismos federales han advertido de los crecientes intentos, particularmente de Rusia e Irán, de influir en el electorado antes de las elecciones del 5 de noviembre, y las teorías conspiratorias sobre los comicios han hecho que millones de estadounidenses duden de la validez de los resultados del proceso.
Easterly dijo que esos esfuerzos están dirigidos principalmente a sembrar la discordia entre los estadounidenses y a socavar la fe en la seguridad de las elecciones de la nación.
Los funcionarios estadounidenses han dedicado los últimos meses a advertir, mediante acusaciones penales, sanciones y avisos públicos, que los adversarios extranjeros intensifican sus esfuerzos para influir en la contienda por la Casa Blanca entre el republicano Donald Trump y la demócrata Kamala Harris.
El mes pasado, el gobierno del presidente Joe Biden confiscó el dominio de más de dos decenas de sitios web falsos dirigidos por el Kremlin y acusó a dos empleados de medios de comunicación estatales rusos de urdir un plan para financiar en forma encubierta a influencers de derecha.
La semana pasada, tres agentes iraníes fueron acusados de hackear al equipo de campaña de Trump en lo que, según el Departamento de Justicia, fue parte de un esfuerzo amplio para perjudicar al expresidente y debilitar la confianza en el sistema electoral estadounidense.