Huracán Laura toca tierra en el suroeste de Luisiana con vientos de 150 millas por hora
Cientos de personas negaron desalojar a pesar de los ruegos.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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Delcambre. El huracán Laura tocó tierra en el suroeste de Luisiana en la madrugada del jueves convertido en un potente meteoro de categoría 4 con vientos de 240 km/h (150mph), anegando la parte baja de la costa con marejadas ciclónicas que, según los expertos, podrían alcanzar los 6 metros (20 pies) de altura y ser letales.
Laura, que había ganado intensidad rápidamente en la víspera, llegó a tierra alrededor de la 1:00 a.m. (hora local) cerca Cameron, una comunidad de 400 habitantes de Luisiana ubicada a unos 48 kms (30 millas) de la frontera este de Texas, explicó el Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés).
“Los impactos potencialmente catastróficos continuarán”, dijeron los meteorólogos.
Las rachas de viento superaron los 204 km/h (127 mph) a medida que la pared norte del ojo de Laura avanzaba hacia Cameron. Según los meteorólogos, podrían registrarse vientos aún más potentes que podrían destrozar edificios, arrancar árboles y desplazar vehículos como si se tratase de juguetes.
Las autoridades habían implorado a los residentes de Texas y Luisiana que evacuaran las zonas costeras, pero no todo el mundo les hizo caso antes de que los vientos comenzaran a agitar los árboles en una zona que ya quedó devastada por el paso de Rita en 2005.
Vídeos y fotos publicados en redes sociales mostraron torrentes de lluvia en todas las direcciones en Lake Charles, y calles cubiertas de agua cerca de la costa. Una repentina marejada ciclónica derribó las cámaras instaladas para capturar los efectos del huracán.
1:23 am. Whistling. Explosions. #Hurricane #LAURA in Sulphur #Louisiana pic.twitter.com/7kU3DZjhyn
— Josh Morgerman (@iCyclone) August 27, 2020
BREAkING! Buildings gutted in Lake Charles LA in powerful eye wall of #HurricaneLaura @RadarOmega_WX @ChasinSpin pic.twitter.com/wP3fPyREIZ
— Reed Timmer (@ReedTimmerAccu) August 27, 2020
🔊🔊🔊 SOUND UP
— WeatherNation (@WeatherNation) August 27, 2020
Listen to the wind inside this casino in Lake Charles as Hurricane Laura rips across the region with reports of winds over 120 mph! We're live with team coverage as the storm continues to impact the coastline and move inland. #HurricaneLaura #LAwx pic.twitter.com/1KQjuAiuCk
Moments ago in Lake Charles, LA ... 😳 #HurricaneLaura pic.twitter.com/ft7Db6C2l3
— Brennan Prill ⚡︎ (@WxBrenn) August 27, 2020
WATCH: Extreme winds from Hurricane Laura are pounding the Lake Charles area in Louisiana pic.twitter.com/RAd5PJYJNP
— BNO News (@BNONews) August 27, 2020
Con horas de clima violento por delante, las autoridades dijeron que la magnitud de la destrucción no estará clara hasta el amanecer, cuando se activará el operativo de búsqueda y rescate.
Tras ganar fuerza sobre las cálidas aguas del Golfo de México, el sistema tocó tierra coincidiendo con la marea alta convertido en el huracán más potente que llega a Estados Unidos en lo que va de año.
“Parece una bestia”, dijo el investigador de huracanes de la Universidad de Miami Brian McNoldy. “Eso es algo que no quieres ver si estás en su camino”.
Los vientos con fuerza de huracán que se extendían hasta 95 kilómetros (60 millas) desde el centro de la tormenta se acercaban a la costa, dijeron los meteorólogos, y se registraron bandas de intensas precipitaciones a 48 kms (30 millas) de la playa en Lake Charles.
Los vientos máximos sostenidos del meteoro se incrementaron a 241 km/h (150 mph) antes del anochecer y, según la previsión, podrían caer hasta 38 centímetros (15 pulgadas) de lluvia. Las autoridades activaron una serie de alertas por tornados a medida que Laura se acercaba a la costa. Más de 100,000 viviendas y negocios se quedaron sin electricidad en Texas y Luisiana.
Una de las principales autopistas de Luisiana ya tenía agua estancada tras el paso de las bandas externas de Laura con fuerza de tormenta tropical. Antes en el día, los vientos se habían fortalecido en Delcambre mientras sus resientes salían a buscar provisiones.
Trent Savoie, de 31 años, afirmó que no pretendía marcharse: “Con cuatro niños y 100 cabezas de ganado, es muy difícil dejar el lugar”.
Los gobernadores de Texas, Greg Abbott, y de Luisiana, John Bel Edwards, temen que las alarmantes predicciones no estén teniendo efecto en la población a pesar de que las autoridades han emitido órdenes de evacuación obligatoria para más de 500,000 residentes de zonas costeras.
Al menos 150 personas se negaron a irse a pesar de los ruegos y planeaban soportar la tormenta en casas elevadas o vehículos recreativos en el municipio costero de Cameron, el cual podría quedar completamente cubierto por el agua del océano.
“Es una situación muy triste”, dijo Ashley Buller, subdirectora de preparativos de emergencia. “Hicimos todo lo que pudimos para alentarlos a que se fueran”.
Edwards activó a toda la Guardia Nacional del estado. En Lake Charles, Luisiana, elementos de ese cuerpo condujeron autobuses escolares a través de varios vecindarios para recoger a familias. Justo del otro lado del límite estatal, en Port Arthur, Texas, muy pocos residentes rezagados decidieron abordar los autobuses de evacuación, y las autoridades de la ciudad anunciaron que dos aviones de carga C-130 ofrecían la última oportunidad para salir del área.
Abbott advirtió que las familias que no abandonen la trayectoria de impacto podrían no recibir ayuda durante mucho tiempo después del paso de la tormenta.
Un huracán de categoría 4 puede causar daños tan catastróficos que la interrupción del servicio eléctrico podría prolongarse varios meses en algunas zonas, y áreas extensas podrían quedar inhabitables por semanas o meses. La amenaza de tal devastación representa un nuevo desafío en ayuda contra desastres para un gobierno que aún debe lidiar con la pandemia de coronavirus. Algunas de las zonas bajo órdenes de evacuación en Luisiana también registran una elevada tasa de casos de COVID-19.