Los hospitales de la ciudad de Nueva York, convertida en el epicentro del coronavirus en Estados Unidos, están comenzando a dar señales de desbordamiento, con importantes carencias de equipamiento y en medio de un aluvión de pacientes durante los últimos días.

Así lo apuntan los testimonios de médicos y otros empleados que recogen los medios locales y que van en línea con las advertencias de las autoridades, que admiten que la Gran Manzana no está preparada para hacer frente a las cifras que están por llegar y que buscan contrarreloj más instalaciones, equipos y personal.

"Es apocalíptico", aseguraba a The New York Times la doctora Ashley Bray, del hospital Elmhurst, un centro público del distrito de Queens que en 24 horas entre el martes y el miércoles registró 13 muertos por COVID-19.

Ante esa situación, se ha instalado junto al edificio un camión refrigerado para acumular cadáveres y se está trasladando a pacientes con otros problemas a distintas clínicas para que la instalación pueda centrarse exclusivamente en el coronavirus.

El hospital de Elmhurst, situado en una zona con gran presencia de inmigrantes -muchos latinos- y de bajos ingresos, es uno de los más afectados de la ciudad y en los últimos días ha sido escenario de largas colas formadas por ciudadanos que creen tener la enfermedad y que esperan, a veces durante toda una jornada, para que se les someta a una prueba para confirmarlo.

Según médicos consultados por el Times, los primeros signos del virus comenzaron a verse a principios de marzo, con un aumento de pacientes con síntomas similares a los de la gripe, pero antes de que se diera la señal de alarma por el coronavirus en la ciudad.

En aquel momento, las pruebas llevaban mucho más tiempo, pero eventualmente muchos de esos casos se confirmaron como COVID-19.

Con el paso del tiempo, las urgencias del hospital comenzaron a llenarse, a menudo con más de 200 personas y obligando a muchas a esperar antes de ser ingresadas. Cada vez más, los pacientes presentan cuadros graves dado que se ha recomendado a todo el mundo con síntomas más leves que trate de recuperarse en casa.

En varias ocasiones, Elmhurst ha estado ya a punto de quedarse sin suficientes respiradores, lo que se ha compensado con equipos llegados de otros centros, según explicaron al diario los empleados.

Se ordeno a gente a quedarse en sus casas.

Rikki Lane, una doctora del hospital, dijo al Times que por ahora se ha dado respuesta a "la primera ola de este tsunami".

La situación no es mucho mejor en otros centros como el Brooklyn Hospital Center, donde más del 40 % de los pacientes -y más de dos tercios de los que están en estado crítico- son ya casos confirmados o sospechosos de COVID-19 y donde varios trabajadores se han contagiado.

"Estamos en modo desastre", aseguraba al periódico Gary G. Terrinoni, presidente del hospital, que reclama más ayuda del Gobierno federal.

NewYork-Presbyterian Hospital, una de las mayores redes hospitalarias de la ciudad, ha comenzado a utilizar un respirador para ayudar a la vez a varios pacientes ante la escasez de estos equipos.

La falta de materiales ocupaba este jueves la portada del tabloide New York Post, que bajo el titular "Tratadas como basura" presentaba una fotografía de enfermeras del Mt. Sinai West cubiertas con bolsas de plástico para protegerse del virus al no disponer de suficientes vestimentas adecuadas.

Las enfermeras, que difundieron la imagen a través de las redes sociales, aseguraban en sus mensajes no disponer de más mascarillas y estar reutilizando varias de usar y tirar.

Según los últimos datos oficiales, el estado de Nueva York tiene 37,258 casos confirmados de coronavirus, la mayoría en la Gran Manzana, y acumula ya 385 fallecidos, con 100 muertos en las últimas 24 horas.