Néstor Oswaldo Hernández fue acusado por un gran jurado del condado de Dallas (Texas) de la muerte a tiros de dos trabajadoras sanitarias en octubre pasado cuando visitaba en un hospital a su novia que iba a dar a luz un hijo suyo.

Hernández, de 30 años, estaba en libertad condicional por otro crimen y tenía un dispositivo electrónico de rastreo en su tobillo durante la visita al Hospital Metodista de Dallas el pasado 22 de octubre, la cual fue autorizada por las autoridades.

El reo tuvo una discusión con su novia, que recién había dado a luz, y la golpeó con un arma, acusándola de engañarlo.

Después mató a la enfermera Katie Annette Flowers, de 63 años, y a la trabajadora social Jacqueline Ama Pokuaa, de 45.

Durante el ataque, Hernández, quien permanece en la cárcel del condado de Dallas con una fianza de tres millones de dólares, gozaba de libertad condicional de la prisión estatal por un robo agravado que cometió en 2015.

El Departamento de Justicia Criminal de Texas le había otorgado permiso a Hernández para estar con su novia en el parto de su bebé.

El acusado enfrenta también varios cargos de asalto agravado contra otras personas en el hospital, que vivió horas de terror durante el asalto.