Google acepta una sanción en Estados Unidos por sus prácticas de seguimiento de ubicación
También se ha comprometido a ser más transparente sobre el seguimiento de la ubicación de los usuarios.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Nueva York. El gigante tecnológico Google aceptó pagar $391.5 millones por sus prácticas de seguimiento de ubicación relacionadas con la configuración de la cuenta, que exigían los fiscales de 40 estados de Estados Unidos.
El acuerdo ha sido calificado por los fiscales como el mayor pago en la historia de Estados Unidos por parte de una entidad privada ante una demanda presentada por varios estados.
Según un comunicado de la fiscalía general de Connecticut, Google recopiló información sobre la ubicación de consumidores que expresamente habían pedido que no lo hiciera.
“Nuestra investigación encontró que Google continuó recopilando esta información personal incluso después de que los consumidores le dijeran que no lo hiciera. Esa es una invasión inaceptable de la privacidad del consumidor y una violación de la ley estatal”, escribió el fiscal general de ese estado, William Tong.
Los fiscales subrayaron que “los datos de ubicación se encuentran entre la información personal más sensible y valiosa que recopila Google, y hay muchas razones por las que un consumidor puede optar por no aceptar el seguimiento”.
La nota resalta que solo con una “cantidad limitada de datos de ubicación” se puede conocer “la identidad y las rutinas de una persona y usarse para inferir detalles personales”.
“Google utiliza estos datos para crear perfiles de usuario detallados y orientar anuncios a los consumidores en nombre de sus clientes publicitarios”, recoge el comunicado.
“Durante años, Google ha priorizado las ganancias sobre la privacidad de sus usuarios”, dijo, por su parte, la fiscal general de Oregón, Ellen Rosenblum, en otro comunicado.
La investigación arrancó en 2018 después de que la agencia estadounidense AP revelara que Google continuaba registrando los movimientos de los usuarios incluso después de que estos le pidieran explícitamente que dejara de hacerlo.
Así, determinó que “Google violó las leyes estatales de protección al consumidor al engañar a los consumidores sobre sus prácticas de rastreo de ubicación desde al menos 2014″.
Además de pagar la sanción, que evita que el caso llegue a juicio, Google también se ha comprometido a ser más transparente sobre el seguimiento de la ubicación de los usuarios.
En concreto, Google deberá mostrar información adicional a los usuarios siempre que activen o desactiven una configuración de cuenta relacionada con la ubicación; la información clave sobre el seguimiento de la ubicación no estará oculta para los usuarios y proporcionará explicaciones a través de una web sobre los tipos de datos de ubicación que recopila y cómo se utilizan.