Washington. Estados Unidos recomendó hoy “pausar” la administración de la vacuna contra el COVID-19 desarrollada por Johnson & Johnson para investigar los reportes de coágulos sanguíneos potencialmente peligrosos.

En un comunicado conjunto, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) y la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, en inglés) informaron que estaban investigando los coágulos detectados en seis mujeres en los días posteriores a la vacunación, combinados con un reducido conteo de plaquetas. En Estados Unidos se han administrado más de 6.8 millones de dosis de la vacuna de Johnson & Johnson, que es de una sola aplicación.

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Los canales de distribución federales, incluyendo los centros de vacunación masiva, dejarán de usar temporalmente el fármaco, y se espera que los estados y otros proveedores hagan lo mismo.

Otras dos vacunas, la de Moderna y la de Pfizer, comprenden la vasta mayoría de inoculaciones administradas en Estados Unidos y no están afectadas por la pausa.

El Comité Asesor de Prácticas de Inmunización de los CDC se reunirá mañana para estudiar los casos. La FDA inició su propia investigación.

“Hasta que el proceso esté completo, recomendamos una pausa en el uso de esta vacuna por precaución”, dijeron los doctores Anne Schuchat, subdirectora de los CDC, y Peter Marks, director del Centro de Evaluación e Investigación Biológica de la FDA, en un comunicado conjunto.

Las agencias recomiendan que quienes hayan recibido la vacuna Johnson & Johnson y hayan experimentado dolores de cabeza, dolores abdominales, dolores en la pierna o dificultades para respirar tres semanas después de la inyección, contacten a su médico.

Las autoridades dijeron que quieren entrenar a los fabricantes de las vacunas y a los profesionales de la salud sobre el “tratamiento singular” correspondiente a estos coágulos sanguíneos.

Johnson & Johnson afirmó que estaba al tanto de los coágulos, pero insistió en que aún no se ha establecido inequívocamente un vínculo con su vacuna.

“Estamos enterados de los eventos tromboembólicos, incluso algunos con trombocitopenia, han sido reportados en relación con las vacunas contra el COVID-19”, precisó la empresa en un comunicado. “Hasta el momento, no ha sido establecida una relación causal clara entre estos eventos inusuales y la vacuna”, añadió.

La vacuna de Johnson & Johnson fue autorizada como recurso de emergencia por la FDA a fines de febrero con gran ceremonia, ante la esperanza de que, al requerir una sola dosis y condiciones de almacenamiento relativamente fáciles, impulsaría la campaña de vacunación en todo el país. Sin embargo, esa vacuna constituye apenas un pequeño porcentaje de las dos administradas en Estados Unidos, debido a demoras y errores en la planta de uno de sus contratistas en Baltimore.