CHEYENNE, Wyoming. Una famosa osa parda del Parque Nacional de Grand Teton, adorada durante décadas por innumerables turistas, biólogos y fotógrafos profesionales de la vida salvaje, murió tras ser atropellada por un vehículo en el oeste de Wyoming.

La osa parda número 399 murió el martes por la noche en una carretera del Cañón del Río Snake, al sur de Jackson, según informaron el miércoles las autoridades del parque en un comunicado, en el que añadíeron que el conductor resultó ileso. Un cachorro de un año estaba con la grizzly cuando fue atropellada y, aunque se cree que no resultó herido, se desconoce su paradero, según el comunicado.

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Las circunstancias del accidente no estaban claras. Funcionarios de Grand Teton y del Servicio de Pesca y Vida Silvestre dijeron que no tenían más información que dar a conocer al respecto.

A sus 28 años, la número 399 era la hembra de oso pardo reproductora más vieja conocida del ecosistema de Yellowstone. Cada primavera, los entusiastas de la vida salvaje esperaban con impaciencia su salida de la madriguera para ver cuántos cachorros había parido durante el invierno.

Llamada así por la etiqueta de identificación que los investigadores le colocaron en la oreja, la osa grizzly sorprendió a los observadores por seguir reproduciéndose hasta una edad avanzada. A diferencia de muchos osos pardos, se la veía a menudo cerca de las carreteras de Grand Teton, atrayendo multitudes y atascos.

Los científicos especulan que este comportamiento mantenía alejados a los osos pardos machos para que no fueran una amenaza para sus cachorros. Algunos creen que los osos pardos machos matan a los oseznos para que la madre entre en celo.

La osa tuvo 18 cachorros conocidos en ocho camadas a lo largo de los años, incluida una camada de cuatro en 2020. Medía unos 2.1 metros (7 pies) y pesaba unos 180 kilogramos (400 libras).

Cientos de visitantes se reunían a veces en una amplia pradera para verla por las tardes, recordó el biólogo de osos de Grand Teton Justin Schwabedissen.

Algunos jóvenes “pensaban que era lo mejor del mundo ver a una osa ahí fuera, con sus oseznos luchando entre las flores silvestres”, explicó Schwabedissen.

En otra ocasión conoció a una trabajadora de una fábrica del Medio Oeste que acababa de jubilarse y cuyo sueño era ver un oso en libertad.

“Aquella noche se le saltaban las lágrimas por haber tenido la oportunidad de verla”, contó.

La noticia de la muerte de la osa se difundió rápidamente en una página de Facebook que hace un seguimiento de los osos pardos y otros animales salvajes de los parques nacionales de Grand Teton y Yellowstone. A última hora del miércoles, más de 2,000 personas habían publicado comentarios en los que calificaban a la osa de “magnífica reina”, “icono” e “increíble embajadora de su especie».

Estaban desconsolados y devastados por su muerte, calificándola de trágica pérdida.

La mamá osa tenía admiradores en todo el mundo, dijeron los guías turísticos Jack y Gina Bayles, que dirigen la página de Facebook Team 399 y tenían previsto visitar el lugar donde la mataron.

“Se podría decir que era la embajadora accidental de la especie”, dijo Jack Bayles. “Mi mayor preocupación es que ahora la gente va a perder el interés por los osos”.

La osa grizzly vivió una época de conflictos sobre su especie en la región, ya que las autoridades estatales han tratado de obtener del Servicio de Pesca y Vida Silvestre el control de la gestión de los osos grizzly, alegando que el número de osos ha repuntado más allá del punto de estar en riesgo.

Los grupos conservacionistas se han opuesto, alegando que el cambio climático pone en peligro algunas de las principales fuentes de alimento de los osos, como las piñas de pino.

En el pasado, unos 50,000 osos pardos vagaban por el oeste de Estados Unidos. Pero fuera de Alaska, ahora se limitan a la región de Yellowstone y el norte de las Rocosas. En la región de Yellowstone se redujeron a poco más de 100 animales en 1975, cuando se protegieron por primera vez como especie amenazada.

La región que abarca los parques nacionales de Grand Teton y Yellowstone y las zonas circundantes de Wyoming, Montana e Idaho alberga actualmente unos 1,000 osos pardos. Siguen estando protegidos por el gobierno federal, pero en un continuo tira y afloja entre decisiones políticas y judiciales han salido y vuelto a la lista de especies amenazadas dos veces en los últimos años.

Los biólogos del gobierno afirman que la población goza de buena salud y las autoridades de los tres estados de Yellowstone siguen intentando que se les retire la protección federal.

De media, unos tres osos pardos mueren al año en la región en colisiones con vehículos, 51 de ellos desde 2009, según datos recogidos por investigadores y publicados por el parque. El nº 399 fue el segundo oso pardo muerto en la región por un vehículo este año.

“Las colisiones y conflictos entre vehículos y fauna salvaje son desafortunados. Estamos agradecidos de que el conductor esté bien y entendemos que la comunidad se entristezca al saber que el oso pardo 399 ha muerto”, dijo en el comunicado la directora del Departamento de Caza y Pesca de Wyoming, Angi Bruce.