Familias de Surfside se unen para darse consuelo
En medio de la tragedia encuentran espacio para manifestarse apoyo mutuo.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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Fort Lauderdale. La sala de festejos del Seaview Hotel en Surfside, antes un lugar cavernoso e impersonal, se ha convertido en un refugio donde las familias de las víctimas del derrumbe tratan de consolarse y darse apoyo mientras prosigue la ardua espera por noticias de sus seres queridos.
Dos veces al día, todos los días las últimas dos semanas, familiares de las 79 víctimas mortales y 61 desaparecidas se reúnen en la sala de festejos, una nueva rutina impuesta por la tragedia.
Algunos de los asistentes han estado llegando temprano y quedándose hasta tarde. Forman grupitos que se quedan rato hablando. Se abrazan, se traen agua y pañuelos. A veces no hay mucha información y los rescatistas, algunos de países extranjeros, entran al salón y tratan de ofrecer lo poco que saben.
Si bien las autoridades anunciaron que el operativo de rescate será ahora operativo de recuperación de restos, lo que no cambiará son los encuentros de los familiares, expresó Maggie Castro, bombera y paramédica de Miami-Dade que ha estado actualizando a las familias y que ha entablado amistad con ellas.
“Obviamente esta es una tragedia enorme, pero si hay algo positivo de todo esto es poder estar con las familias, ver cómo van y vienen sus emociones y ver cómo pasan de una etapa a otra y ver cómo se hacen amigas”, declaró Castro.
El esposo de Soriya Cohen, Brad Cohen, sigue desaparecido. Su cuñado Gary Cohen fue hallado el jueves, y sus dos hijos pequeños le han estado implorando a los rescatistas que sigan buscando hasta que encuentren a su padre.
“La comunidad emana tanto amor”, expresó Soriya Cohen, recordando cómo los voluntarios la arroparon en una cobija, le trajeron comida y café y “me rodearon con tanto apoyo emocional”.
En un mensaje de texto días después, Soriya reveló que todavía tiene la cobija.
Rachel Spiegel, cuya madre Judy sigue desaparecida, dijo que ha forjado amistades con otras familias en la sala de festejos, pero no llega a considerar que eso es consuelo.
“No sé si yo lo definiría como consuelo todavía, porque todavía no sabemos dónde está mi madre, ella sigue desaparecida”, expresó.