Exigen soluciones para los 100,000 niños sin techo en escuelas de Nueva York
A pesar de que el número total de estudiantes en las escuelas se redujo el año pasado, la cantidad de menores sin un techo fijo aumentó en un 3.3 %, pasando de 101,000 a 104,000 este año.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Padres y activistas exigieron hoy a la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, al alcalde Eric Adams y a legisladores de la ciudad y el estado que tomen acción para poner fin al creciente número de estudiantes sin hogar en el sistema de escuelas publicas de la ciudad, que sobrepasa los 100,000 niños.
De acuerdo con el más reciente Informe de la ONG Advocates for Children, dado a conocer esta semana, el año escolar 2021-2022 ha registrado que hay 104,000 estudiantes sin techo, de los que unos 29,000 han estado en albergues o compartiendo temporalmente la vivienda de otros y 5,550 duermen con sus familias en coches, parques o edificios abandonados.
A pesar de que el número total de estudiantes en las escuelas se redujo el año pasado, la cantidad de menores sin un techo fijo aumentó en un 3.3 %, pasando de 101,000 a 104,000 este año, concentrados en El Bronx, de mayoría latina, y en Brooklyn.
En una conferencia de prensa frente a un parque infantil en Brooklyn, señalaron que Nueva York tiene el nivel más alto de personas sin hogar, que ha aumentado con neoyorquinos desalojados tras la pandemia o que se han visto forzados a dejar sus hogares tras el aumento de 3.25%, la cifra más alta en casi 10 años, para los apartamentos de renta estabilizada en contratos de un año. Los contratos de alquiler de dos años aumentarán un 5%.
También aumentó la población en los albergues con la ola de inmigrantes que ha llegado a la ciudad desde el pasado mayo y que llevó a las escuelas públicas a 6,000 menores más.
Padres y activistas exigieron que los políticos respalden dos propuestas de ley ante la consideración de la legislatura estatal, el Programa de Vales de Acceso a la Vivienda -asistencia de alquiler para reducir la ocupación en los albergues-, y el proyecto de ley Buena Causa, que protegería a los inquilinos de desalojos injustos y aumentos de alquiler exorbitantes.
“Nuestro sistema de albergues está mal, pero eso ya lo sabíamos”, dijo la asambleísta Marcela Mitaynes, la primera peruana e indígena electa en Nueva York, y que antes fue una activista de la vivienda.
“Lo sabíamos cuando llegó la pandemia y, sin embargo, permitimos que terminara la moratoria de desalojo a principios de este año”, destacó.
Recordó que durante meses se ha dado “la voz de alarma” sobre lo que sucedería al finalizar la moratoria tras la pandemia, a lo que se sumó que “nadie pronosticó la afluencia de migrantes, pero como gobierno debemos dar un paso al frente y brindar soluciones de vivienda”.
También que es necesario educar a la comunidad para que conozca sus derechos al recordar que es ilegal que un propietario de edificio rechace alquilar a personas bajo programas de vivienda como el Plan 8.
Charisma White, que ha vivido en albergues de la ciudad, recordó que cuando entró al sistema fue separada de su hijo de 17 años, que fue enviado a un refugio para hombres solteros adultos donde compartía techo “con la gente equivocada” lo que le llevó al uso de drogas. Su hijo murió este año de una sobredosis.
Vocal NY, que convocó la conferencia que concluyó con una marcha, recordó que niños sin vivienda estable se ven obligados a cambiar de escuela con frecuencia, lo que afecta su rendimiento escolar. También que durante el año escolar 2020-21, los estudiantes en albergues abandonaron los estudios a una tasa tres veces mayor que los que vivían en hogares permanentes.