Exempleado de R. Kelly testifica que mujeres no podían comer ni marcharse de su mansión sin su permiso
Aseguró que el cantante controlaba todo a su alrededor y que estar en la residencia era como ‘The Twilight Zone’ (‘La dimensión desconocida’).
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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Nueva York. R. Kelly vivía en una “Dimensión desconocida” en la que controlaba todo a su alrededor, incluyendo si las visitantes de su mansión en el área de Chicago podían marcharse o encargar comida, dijo uno de sus exempleados el viernes.
Anthony Navarro fue convocado como testigo del gobierno en el juicio por tráfico sexual a Kelly para ilustrar cómo era la dinámica adentro de la casa donde el cantante R&B tenía un estudio de grabación y un flujo constante de visitantes femeninas.
El testimonio reforzó la afirmación del gobierno de que Kelly controlaba todo lo que lo rodeaba y que creó un entorno en el que las niñas y mujeres que ingresaban al lugar enfrentaban reglas estrictas que no les dejaban más opción que someterse a los caprichos sexuales de la cantante.
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Estar en la mansión “era casi como ‘The Twilight Zone’ (‘La dimensión desconocida’)”, dijo Navarro. “Es un lugar extraño”.
Navarro dijo a los miembros del jurado que nunca vio a Kelly abusar sexualmente de sus víctimas, como se alega en el juicio que comenzó a principios de esta semana en un tribunal federal de Brooklyn. Pero había “chicas” que se quedaban largo tiempo y no podían comer ni marcharse sin el permiso de Kelly.
“Había momentos en los que se querían ir, pero no podían porque no conseguían transporte o nosotros no podíamos comunicarnos con Rob”, dijo sobre el cantante, cuyo nombre completo es Robert Sylvester Kelly.
Navarro, que se formó como ingeniero de audio, pasó gran parte de su tiempo haciendo tareas domésticas para Kelly, como trasportar visitantes hacia o desde su casa.
“La mayoría eran chicas que iban al estudio”, dijo.
Las declaraciones llegan en el tercer día de testimonios en un juicio que se espera que dure varias semanas contra un cantante con tres décadas de trayectoria famoso por éxitos como “I Believe I Can Fly” de 1996, que se volvió un himno inspirador.
Kelly, de 54 años, niega las acusaciones y sus abogados lo han retratado como una víctima de mujeres que lo atacan tras el surgimiento del movimiento #MeToo que ha revisado la relación entre los famosos y sus fans.
Las historias de las denunciantes tuvieron una gran exposición en la serie documental de Lifetime “Surviving R. Kelly” (disponible en Netflix). La serie explora cómo el equipo del cantante lo apoyó y silenció a sus víctimas durante décadas, presagiando el caso federal por asociación ilícita que llevó a Kelly a prisión en 2019.