Estudiante infectado por superbacteria lucha por sobrevivir
El joven ha pasado casi tres meses en un hospital y se encuentra en estado grave después de haber sido contagiado con una cepa potencialmente letal y resistente a los antibióticos.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 9 años.
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LOS ÁNGELES.- Un estudiante de 18 años es una de las siete personas infectadas por una "superbacteria" relacionada con instrumental médico contaminado en un hospital de Los Ángeles y el ayer luchaba para evitar convertirse en el tercero en morir, dijo su abogado.
El joven ha pasado casi tres meses en el hospital y se encuentra en estado grave después de haber sido infectado con una cepa potencialmente letal y resistente a los antibióticos en el Centro Médico Ronald Reagan de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), dijo el jueves el abogado Kevin Boyle.
El joven ingresó al hospital para un procedimiento que implicaba el uso de un endoscopio para examinar su páncreas.
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"Lo estaban mirando, intentando ver cuál era el problema", dijo Boyle. "Antes no tenía ningún problema que amenazara su vida como le ocurre ahora".
Al menos siete personas —dos de las cuales murieron— se vieron infectadas por la bacteria, conocida como enterobacteria resistente a los carbapenémicos (CRE por sus siglas en inglés), después de ser sometidas a procedimientos endoscópicos similares entre octubre y enero. Más de 170 pacientes podrían haberse visto expuestos a la cepa también, según responsables del hospital.
Boyle declinó dar el nombre del joven o decir a qué escuela asiste, pero dijo que en un momento dado pasó 83 días en el hospital y fue dado de alta, pero recientemente recayó y ahora está hospitalizado.
"Después del procedimiento se le dio de alta. Posteriormente enfermó y cuando lo estudiaron se dieron cuenta que tenía la bacteria CRE y ataron cabos rápidamente", dijo.
La familia no culpa a UCLA, dijo el letrado, pero contempla demandar al fabricante del endoscopio.
Ese instrumento, difícil de limpiar y que se emplea en más de medio millón de personas cada año en Estados Unidos, se ha convertido en el centro de la investigación sobre el brote.
Las infecciones pudieron transmitirse a través de dos endoscopios contaminados empleados para el diagnóstico y tratamiento de problemas pancreáticos y del ducto biliar.
Se halló que los dos endoscopios tenían rastros de CRE "incrustadas" pese a que fueron esterilizados de acuerdo con las instrucciones del fabricante, dijo Robert Cherry, jefe médico y funcionario de calidad del Sistema de Salud del hospital. Otros cinco instrumentos estaban desinfectados.
El centro retiró de inmediato los instrumentos médicos contaminados a los que se atribuye el brote y adoptó técnicas de esterilización más severas, según responsables de la clínica.