Estados Unidos gastó millones por hospedaje para inmigrantes que no se usó
Un informe revela que ICE no justificó la contratación de una compañía que tampoco cumplió con protocolos de sanidad ni garantizó pruebas de COVID-19 para familias migrantes.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos pagó $17 millones por habitaciones en hoteles para inmigrantes que mayormente no fueron ocupadas, según un informe de la Oficina del Inspector General (OIG) del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) divulgado este miércoles.
“ICE no justificó de manera adecuada la necesidad de contrato con una sola fuente para albergar a las familias migrantes y gastó unos 17 millones de dólares por espacio y servicios en seis hoteles que mayormente no se usaron entre abril y junio de 2021″, indica el informe.
El arreglo con un solo contratista, la firma Endeavours, resultó en el gasto de millones de dólares por habitaciones en hoteles que no se usaron, añadió.
Además, Endeavors incumplió con los nuevos protocolos sanitarios de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) y con las pruebas apropiadas del COVID-19 para las familias migrantes, detalla.
“Por ejemplo, hubo familias a las que ICE no les hizo la prueba de detección de COVID-19 antes de transportarlas a hoteles, y no siempre el personal de Endeavours les hizo las pruebas a su llegada o partida de hoteles”, agrega el informe.
Esto “puso a las familias migrantes y a la población alrededor en riesgo de contraer COVID-19″, detalla.
La OIG explicó que entre abril y septiembre de 2021 llevó a cabo inspecciones remotas y en el terreno de hoteles de ICE que albergaban familias migrantes y, en el curso de esas inspecciones identificó razones para preocuparse por el contrato y por el cuidado de los detenidos.
ICE empezó a alojar grupos familiares detenidos en el centro residencial familiar (FRC, en inglés) de Berks, en Leesport, Pensilvania en 2001.
En 2014 y como resultado del aumento de las familias capturadas en la frontera sur de Estados Unidos, ICE abrió otros dos FRC, en Dilley y en Karnes, ambos en Texas. A esa altura los tres tenían una capacidad total de 6.652 camas.
En 2007, la agencia desarrolló sus regulaciones para la operación de estos centros residenciales, incluido el cuidado médico, la alimentación, la asesoría legal, servicios de educación y medios para las quejas.
“A comienzo de 2021, ICE anticipó otro incremento en los cruces de frontera por parte de unidades familiares y, para incrementar su capacidad de alojamiento ICE firmó un contrato de 86,9 millones de dólares para el período marzo a septiembre, para la provisión de 1.239 camas y otros servicios necesarios en hoteles”, señala el informe.