Washington. Estados Unidos conmemora este miércoles el primer Día Internacional de la Mujer desde que el Tribunal Supremo derogó el derecho federal al aborto, cuya recuperación es el principal reclamo de las movilizaciones convocadas por las organizaciones feministas.

Por lo tanto, agrupaciones como “Rise Up 4 Abortion” llaman a los estadounidenses a “levantar el pañuelo verde del derecho al aborto” en las marchas previstas en las ciudades de Nueva York, Los Ángeles (California), Austin (Texas) y Seattle (estado de Washington), entre otras.

La máxima instancia judicial del país, de mayoría conservadora, tumbó el 24 de junio del año pasado la famosa sentencia “Roe contra Wade”, que desde 1973 blindaba el aborto como un derecho constitucional en todo Estados Unidos.

Tras el fallo del Supremo, al menos 13 de los 50 estados del país gobernados por conservadores han vetado el aborto, la mayoría en el sur, mientras la lucha de las mujeres sigue su curso en los tribunales estatales, donde se han interpuesto demandas para frenar las legislaciones prohibicionistas.

Amanda Matos, directora de campañas de la organización Planned Parenthood, dijo a EFE que las organizaciones siguen comprometidas a recuperar el acceso a la interrupción del embarazo y a combatir los continuos “ataques perjudiciales contra la salud y los derechos sexuales y reproductivos”.

Algunos de ellos propiciados este mismo martes con la presentación de un nuevo proyecto de ley en el Congreso de Florida para restringir el plazo legal para abortar, esta vez a seis semanas de gestación, momento en el que muchas mujeres ni siquiera saben que están embarazadas.

La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, arremetió el martes contra el gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis, posible presidenciable en 2024, y contra la iniciativa, que tachó de “equivocada y fuera de contacto con la abrumadora mayoría de los estadounidenses”.

Distintas estrategias

“No existe un enfoque único para defender el acceso al aborto”, explicó Matos, quien señaló que algunas de estas luchas se llevarán a cabo a nivel estatal a través de litigios, y otras a través de nuevas legislaciones.

Así sucedió este lunes en Texas, donde cinco mujeres denunciaron al estado después de que se le negara el acceso al aborto a pesar de afrontar riesgos para su salud a raíz del embarazo.

Esta es la primera vez que las propias mujeres afectadas emprenden acciones legales contra la eliminación del acceso al aborto después del fallo del Supremo.

La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, mostró su apoyo a las demandantes a través de un comunicado en el que reivindicó que “arrebatar el derecho de las mujeres a tomar sus propias decisiones en materia de salud reproductiva pone en peligro su salud, con consecuencias potencialmente mortales”.

Ofensiva contra las píldoras

Las organizaciones defensoras del aborto denunciaron, además, una nueva ofensiva por parte de políticos conservadores de la órbita republicana en contra de la venta de píldoras abortivas.

Walgreens, la segunda cadena minorista de farmacias de Estados Unidos por detrás de CVS Health, hizo público el viernes pasado que no venderá estos productos en 20 estados repartidos por el país, cediendo así a la presión de fiscales estatales.

Como respuesta, el gobernador de California, el demócrata Gavin Newsom, anunció que su estado “no hará negocios” con esta cadena.

Para Matos, de Planned Parenthood, esta polémica demuestra que el objetivo de los republicanos no es devolver a cada estado la potestad de decidir sobre el aborto, sino “ir en contra” de los anticonceptivos, la atención médica, los derechos y el futuro de las mujeres.

Los esfuerzos de las organizaciones defensoras del aborto van dirigidos ahora a “involucrar a más personas” en esta lucha para combatir la desinformación sobre los derechos reproductivos.

“Para avanzar, tenemos que ir a donde está la gente y llevar nuestras comunidades y voces a los espacios donde se toman decisiones”, sentenció.