El presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos pretende impulsar la “gran” agenda de Trump
Que incluye $4.5 billones en recortes fiscales y $2 billones en recortes de gastos.
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Washington. El presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Mike Johnson, intentará, contra todo pronóstico, impulsar un plan presupuestario republicano para su aprobación esta semana, un paso más hacia la entrega del “gran y hermoso proyecto de ley” del presidente Donald Trump, que incluye $4.5 billones en recortes fiscales y $2 billones en recortes de gastos, y enfrenta una fuerte oposición de los demócratas, e incluso de algunos republicanos.
Con casi ningún voto que perder en la escuálida mayoría del Partido Republicano de Johnson, el presidente de la Cámara lucha en todos los frentes: contra los demócratas, los republicanos de base inquietos y los senadores republicanos escépticos, mientras trabaja para mantener el paquete en marcha. La votación de la noche del martes está en riesgo, y el resultado es incierto.
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“Lograremos que todos estén allí”, afirmó Johnson, de Luisiana, en un evento al inicio de la semana, y dijo, medio en broma, que tenía una “petición de oración”.
Si se aprueba, el paquete, sería una parte crucial del proceso presupuestario mientras Trump presiona a los republicanos que controlan el Congreso para que aprueben un amplio proyecto de ley que extendería los recortes fiscales que logró durante su primer mandato, pero que están por expirar a finales de este año, al tiempo que recorta el gasto en programas y servicios federales.
La reducción del gobierno no siempre es popular en casa
Pero, los republicanos enfrentan un problema conocido: recortar el gasto federal suele ser más fácil de decir que de hacer. Con los recortes al Pentágono y otros programas que, en gran medida, están fuera de los límites, buena parte de los demás desembolsos gubernamentales se destinan a la atención médica, cupones de alimentos, créditos estudiantiles y programas de los que dependen sus electores.
Todo esto ocurre mientras Elon Musk, el asesor multimillonario de Trump, arrasa con las agencias federales a través de su Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés), despidiendo a miles de trabajadores en todo el país y los enfurecidos votantes comienzan a confrontar a los legisladores en reuniones municipales.
“Aunque apoyamos plenamente los esfuerzos para frenar el derroche y cumplir con la agenda del presidente Trump, es imperativo que no recortemos programas que apoyan a las comunidades estadounidenses en todo nuestro país”, escribieron el representante republicano de Texas, Tony Gonzales, y otros legisladores republicanos de la Conferencia Hispana del Congreso.
Los demócratas protestan por los recortes fiscales para los ricos
Los demócratas de la Cámara y del Senado prometen luchar contra todo el proceso. El líder demócrata de la Cámara, Hakeem Jeffries, de Nueva York, planeaba reunir a los legisladores en la escalinata del Capitolio en protesta durante la sesión del martes.
“Esto no es lo que la gente quiere”, dijo el representante demócrata de Massachusetts, Jim McGovern, durante un debate sobre las reglas previo a la votación programada.
“Todos sabemos que la economía de goteo no funciona”, dijo, refiriéndose a los recortes fiscales de 2017 que fluyeron principalmente hacia los ricos.
Trump ha señalado su preferencia por el “gran” proyecto de ley, pero también parece disfrutar de la competencia entre la Cámara y el Senado, dijeron los legisladores, mientras enfrenta a los republicanos entre sí para ver qué versión surgirá en un camino hacia la aprobación.
Los republicanos del Senado, recelosos de que Johnson pueda llevar su proyecto de ley a la meta, lanzaron la semana pasada su propio paquete reducido de $340,000 millones. Se centra en enviar a Trump el dinero que su administración necesita para su agenda de deportaciones y seguridad fronteriza ahora, con planes de abordar los recortes fiscales por separado en los próximos meses.
“Estoy a la expectativa. Tengo los dedos cruzados”, dijo el senador republicano de Texas, John Cornyn, y afirmó que apoya el enfoque de la Cámara, considerándolo como la mejor opción. “Creo que una solución única es su mejor oportunidad”.
Los republicanos de la Cámara enfrentarán dificultades
Johnson, cuyo partido perdió escaños en las elecciones de noviembre pasado, tiene una de las mayorías más escuetas en la historia moderna, por lo que debe mantener a casi todos los republicanos alineados, o se arriesga a perder la votación.
Varios legisladores ya han objetado el paquete, ya sea porque recorta demasiado o porque no recorta lo suficiente.
Los republicanos más conservadores advierten que se sumará a la carga de deuda del país de $36 billones, porque el costo de los recortes fiscales, de al menos $4.5 billones durante la década, supera los $2 billones en recortes de gastos a los programas gubernamentales.
A los legisladores republicanos más moderados les preocupa que los enormes recortes presupuestarios que se consideran —alrededor de $880,000 millones a la comisión que maneja el gasto en atención médica, que incluye Medicaid, por ejemplo, o $230,000 millones a la comisión de agricultura que financia los cupones de alimentos— serán demasiado perjudiciales para sus electores.
Los líderes republicanos tratan de convencer a los legisladores de que los detalles se debatirán en las próximas semanas y que la votación de esta semana es solo un primer paso.
El presupuesto se compila durante un largo proceso en el que primero se envían instrucciones a las diversas comisiones de la Cámara y del Senado, que luego dedicarán varias semanas a elaborar planes más detallados para un debate y votaciones adicionales.
“Las comisiones necesitan tiempo para trabajar y encontrar ahorros”, dijo el líder de la mayoría, Steve Scalise, republicano de Luisiana. “Pero no podemos ni siquiera llegar a eso si no superamos el tema del presupuesto. Así que tenemos que completar el primer paso esta semana”.
Diez presidentes republicanos de las comisiones relacionadas de la Cámara emitieron una declaración conjunta en una muestra de fuerza para impulsar el paquete.
“El ‘gran y hermoso proyecto de ley’ de la Cámara cumple con la totalidad de la agenda política del presidente Trump”, escribieron en una carta obtenida por The Associated Press. “Debemos encarar este momento histórico con la acción audaz que requiere”.
El representante Jodey Arrington, presidente republicano de la Comisión de Presupuesto de la Cámara, dijo a los reporteros que reconoce la tensión entre los republicanos que quieren más recortes y los de distritos políticamente competitivos que “tienen un mayor nivel de sensibilidad a algunas de las reformas de gasto”.
Arrington dijo que, con el pronóstico de crecimiento económico, de 1.8% según lo proyectado por la Oficina de Presupuesto del Congreso no partidista, y de 2.6% según previsiones de los republicanos de la Cámara, el paquete generaría alrededor de $2.6 billones en ahorros durante 10 años y aseguraría que el plan ayude a reducir el déficit.
Algunos grupos de defensa fiscal consideran que las proyecciones económicas del Partido Republicano son excesivamente optimistas.