El hombre blanco acusado de perpetrar una matanza racista en un supermercado de Buffalo planeaba seguir matando si escapaba del lugar, reveló el lunes el comisario de policía, mientras las autoridades investigaban la masacre de 10 personas negras como un posible crimen de odio o un acto de terrorismo doméstico.

El atacante, que viajó unos 320 kilómetros (200 millas) desde su casa en Conklin, estado de Nueva York, hasta el supermercado Tops Friendly Market, también había hablado de abrir fuego en otro negocio, dijo el comisionado de policía de Buffalo, Joseph Gramaglia.

“Iba a subirse a su auto y seguir conduciendo por la avenida Jefferson para seguir haciendo lo mismo”, declaró el comisionado a CNN.

El relato del comisionado era similar a partes de una diatriba racista de 180 páginas que fue publicada en internet, presuntamente escrita por Payton Gendron, de 18 años. La proclama habla de un ataque para sembrar terror entre todas las personas que no sean blancas ni cristianas y hacer que abandonaran el país. Las autoridades federales siguen tratando de confirmar la autenticidad del documento.

El derramamiento de sangre del sábado en Buffalo fue el más mortífero en una ola de tiroteos el fin de semana, entre ellos uno en una iglesia en California y otro en un mercado de pulgas en Texas.

Gendron usó blindaje corporal y una cámara en su casco para transmitir en vivo el ataque en internet.

Las autoridades revelaron el domingo que agentes de la Policía Estatal de Nueva York acudieron en junio del año pasado a la escuela secundaria de Gendron tras recibir una denuncia de que él, entonces un estudiante de 17 años, había proferido amenazas.

La revelación planteó interrogantes sobre si su encuentro con la policía y el sistema de salud mental fue otra oportunidad perdida para poner a un multihomicida en potencia bajo un mayor escrutinio de las fuerzas del orden, conseguirle ayuda o asegurarse de que no tuviera acceso a armas de fuego letales.

Un miembro de las fuerzas de seguridad dijo el domingo a The Associated Press que Gendron había amenazado con perpetrar un tiroteo en la escuela Susquehanna Valley, coincidiendo con la época de graduación. El agente habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a discutir en público la investigación.

Gramaglia dijo que Gendron fue llevado a una evaluación psiquiátrica que lo puso en un hospital durante un día y medio, pero que no tuvo más contacto con las fuerzas del orden después de eso.

“Nadie llamó. Nadie presentó ninguna queja”, expresó Gramaglia. La amenaza era de naturaleza “general” y no estaba relacionada con alguna motivación racista, añadió.

Nueva York es uno de varios estados que han promulgado en los últimos años leyes de “bandera roja” para tratar de prevenir tiroteos masivos mediante la identificación de personas que muestran indicios de que podrían ser una amenaza para ellos mismos o para otros.

No está claro si las autoridades podrían haber invocado la ley de “bandera roja” después del incidente en la escuela secundaria. La policía y los fiscales no proporcionaron detalles sobre el caso ni dijeron cuándo Gendron adquirió las armas utilizadas en el ataque del sábado.