Disney expone cien años de magia
Todos los seguidores de Disney y de factorías a su cargo como Pixar y Marvel encuentran su sitio en esta muestra, que también se detiene en la música.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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De los primeros bocetos de Micky Mouse a la espada láser de Luke Skywalker: Disney cumple cien años y lo celebra por todo lo alto con una exposición en Filadelfia (EE.UU) pensada para todas las generaciones que han crecido con la magia de sus historias.
El Instituto Franklin en esa ciudad acoge desde este sábado el estreno mundial de esta muestra, la más grande realizada por Disney fuera de sus parques y el evento con el que arrancan las celebraciones del centenario de la compañía, que se cumple el 16 de octubre de este año.
Y es que aunque el propio Walt Disney dijo una vez que “todo empezó con un ratón”, lo cierto es que comenzó antes de Mickey Mouse, en octubre de 1923, cuando el joven y visionario creador firmó su primer contrato para producir unos cortometrajes de animación, “Alice Comedies”.
Lo cuenta la directora de los Archivos de Disney, Becky Cline, para quien lo más difícil de concebir esta muestra ha sido no tanto elegir lo que se exponía, sino decidir lo que tenía que quedar fuera de entre millones de archivos, dibujos, partituras, trajes y artilugios de todo tipo.
“Había que decidir qué piezas cuentan mejor la historia” de Disney, dijo a EFE Cline, quien entre la selección destaca dos joyas que están expuestas al inicio de la muestra.
Una, el libro ilustrado de atrezzo creado para “Sleeping Beauty” que aparece al inicio y al final de la película, una pieza dorada y con piedras de colores que tiene en la exposición su réplica interactiva para que los visitantes puedan hojear el cuento ilustrado.
La otra, la bola de nieve con la catedral de San Pablo en Londres de Mary Poppins, con efectos especiales para la ocasión.
Ambas están en una sala cargada de nostalgia, la primera de las diez estancias que conforman la exposición, y en la que también habita, por ejemplo, la marioneta de madera que inspiró la creación de Pinocchio en 1940.
Algunos de los objetos expuestos harán las delicias de los fans más devotos de sagas como la de Star Wars.
Porque junto al robot BB-8 y un soldado del imperio puede verse la espada láser con la que luchaba Luke Skywalker, o los dados dorados que le sirvieron a Han Solo para conseguir su emblemática nave, el “Halcón Milenario”, en una partida contra Lando Calrissian.
Todos los seguidores de Disney y de factorías a su cargo como Pixar y Marvel encuentran su sitio en esta muestra, que también se detiene en la música.
En una gran sala se proyectan las escenas a las que acompañan muchas de las canciones y melodías más conocidas de Disney, de películas como “Lady and the Tramp”, “The Three Caballeros”, “Fantasy” o “The Little Mermaid” y se exhiben las partituras de numerosas composiciones.
Y cómo no, el arte de la animación.
La exposición recorre todas sus etapas, desde los inicios artesanales de la factoría Disney hasta la tecnología más actual, y además de exponer los mecanismos de la animación, enseña las miniaturas o maquetas que se hacían de cada personaje, desarrollando todos sus detalles antes de darles vida.
Pero no todo son dibujos animados en la historia de Disney, muchas de sus películas son de carne y hueso, como lo son las adaptaciones teatrales. Entre ellas el musical de Broadway “The Lion King”, con el traje principal de Simba, su protagonista, expuesto para la ocasión.
No es la única pieza de vestuario que puede verse. También está el vestido rojo de Cruella de Vil para el filme “Cruella” (2021), el del capitán Barbossa, interpretado por Geoffrey Rush en “Pirates of the Caribbean: The Curse of the Black Pearl” o la brújula que llevaba siempre consigo el protagonista de esta película, el famoso capitán Jack Sparrow, interpretado por Johnny Depp.
Durante todo el recorrido el visitante descubre el universo Disney o rememora muchas imágenes de su infancia o juventud, o de la infancia y juventud de sus hijos o nietos. Y es que hay objetos para todos los gustos y recuerdos para todas las generaciones.
Christoph Scholz, director de Semmel, la compañía encargada de montar esta exposición, contaba cuál fue su primer recuerdo de Disney cuando era niño y vivía en la Alemania del Este, antes de la reunificación: Los libros de cómics que sus familiares de la Alemania Occidental le llevaban escondidos cuando iban de visita.
Y Becky Cline, que se crió en el sur de California, junto a Disneyland y los estudios de la compañía, también guarda en su memoria la primera película que vio en el cine cuando tenía cuatro años: “Mary Poppins”.
Porque hay mucha magia y también mucha nostalgia en esta exposición que tras Filadelfia pasará por Chicago y Kansas City y de la que se ha hecho otra unidad que se abrirá en Munich (Alemania) en primavera, para continuar después en Londres.
Eso solo de momento. Porque la idea de la compañía, dijo Cline, es que Disney y su siglo de historias recorra el mundo con su exposición durante los próximos cinco años.