El expresidente Donald Trump (2017-2012) se volvió a sentar este martes, con cara de pocos amigos, en el banquillo de los acusados para la selección del jurado de su juicio penal, proceso que podría durar varias semanas y en el que ya más de 50 posibles candidatos han dicho que no podrían ser imparciales.

Antes de entrar a la sala del Tribunal Penal de Manhattan, Trump se detuvo brevemente para dirigirse a una cámara de televisión estacionada en un pasillo y denunció, una vez más, el procedimiento y al juez.

La jornada empezó con alrededor de 32 miembros del jurado y, cuando estos entraron, Trump giró la cabeza para mirar a los seleccionados.

Relacionadas

Los candidatos tuvieron que contestar a una larga lista de 42 preguntas, proceso que duró entre cinco y siete minutos por persona.

Muchas preguntas eran sencillas: ¿a qué se dedica usted?, ¿quién es su empleador actual?, ¿qué le gusta hacer en su tiempo libre?, ¿tiene algún interés o pasatiempo?, ¿qué medios de comunicación visita, lee o mira?.

Pero otras eran específicas sobreTrump. “¿Alguna vez ha asistido a un mitin de Trump?, ¿está usted inscrito o alguna vez ha estado suscrito a algún boletín informativo o lista de correo electrónico administrado de Trump o su organización? ¿Sigue a Trump en alguna red social o lo ha hecho en el pasado?”, fueron algunas de las subpreguntas de la sección 29 del cuestionario.

También se les consultó si han leído libros escritos por Trump o por Michael Cohen, el abogado y mano derecha de Trump, quien se espera que sea uno de los testigos estrella de la fiscalía.

Cuando uno de los testigos dijo que había leído uno de los libros del candidato republicano a las elecciones presidenciales, el mandatario no pudo evitar dibujar una sonrisa en su cara.

El lunes, más de la mitad de los posibles jurados del primer panel de 96 personas -hay unos 200 potenciales jurados en total- fueron excusados después de decir que no podían ser justos e imparciales y al menos 50 fueron eliminados del jurado por ese motivo.

Este martes, en la ronda de preguntas del cuestionario, cuatro potenciales jurados dijeron que tras pensárselo, se han dado cuenta de que no podrían ser imparciales y pidieron retirarse.

Otras de las razones por las que se excluyeron a algunos de los candidatos fueron por motivos personales, como una boda o posibles repercusiones en el trabajo por tomarse tantos días para asistir a un juicio que podría durar entre seis y ocho semanas.

Esta es la primera vez en la historia de Estados Unidos que un expresidente se enfrenta a un juicio penal.