Ashveville, Carolina del Norte. La devastación generalizada que dejó el huracán Helene quedó al descubierto el lunes en todo el sur de Estados Unidos, revelando un páramo de casas destrozadas, contenedores de carga aplastados y carreteras cubiertas de barro en una de las peores tormentas en la historia del país. El número de muertos aumentó a 130.

Se estaba desarrollando una crisis en el oeste de Carolina del Norte, donde residentes varados debido a que las carreteras quedaron arrasadas —y que además carecen de energía y servicio de telefonía celular— hacían fila el lunes para recibir agua potable y tener la oportunidad de enviar mensajes a sus seres queridos.

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Al menos 132 muertes en seis estados del sureste se han atribuido a la tormenta, la cual infligió daños en un área que va desde la costa del Golfo de México en Florida hasta los montes Apalaches en Virginia.

El número de víctimas subía constantemente el lunes, a medida que los socorristas llegaban a zonas aisladas por el derrumbe de carreteras, infraestructura desplomada e inundaciones generalizadas. Durante una sesión informativa el lunes, la asesora de seguridad nacional de la Casa Blanca, Liz Sherwood-Randall, dejó entrever que hasta el lunes por la tarde 600 personas seguían desaparecidas, y señaló que algunas podrían haber muerto.

Se prevé que el presidente Joe Biden viaje a Carolina del Norte el miércoles.

Se registraron inundaciones históricas en varias partes de Estados Unidos.

Funcionarios gubernamentales y grupos de ayuda estaban trabajando para llevar suministros básicos por vía aérea, camión y mula a Asheville, una localidad turística que resultó muy afectada, y sus pueblos circundantes en las montañas. Por lo menos 40 personas fallecieron en el condado que incluye a Asheville.

La destrucción y la desesperación eran inimaginables. Un contenedor de carga aplastado yacía encima de un puente que cruzaba un río con agua marrón fangosa. Botes volcados, muelles de madera astillados y troncos de árboles cubrían la superficie de un pintoresco lago enclavado entre las montañas.

Una mujer acunaba a su hijo mientras la gente a su alrededor se reunía en una ladera donde encontraron servicio de telefonía móvil. Muchas personas sólo enviaban un texto sencillo: “Estoy bien”.

La cifra de muertos en Carolina del Norte incluía una horrible historia tras otra de personas que quedaron atrapadas por las inundaciones en sus casas y vehículos o murieron aplastadas por árboles. Un agente de seguridad de un juzgado falleció tras quedar sumergido dentro de su camioneta. Una pareja y un niño de 6 años que aguardaban a ser rescatados en un tejado murieron ahogados al derrumbarse parte de su casa.

Los equipos de rescate sí lograron salvar a decenas de personas, entre ellas un bebé y otras dos personas atrapadas en el techo de un coche en Atlanta. Más de 50 pacientes y personal de un hospital de Tennessee fueron rescatados en helicóptero desde la azotea en una arriesgada operación.

Aludes de lodo arrasaron o bloquearon varias de las principales vías de acceso a Asheville, incluido un tramo de 6.4 kilómetros (4 millas) de la carretera interestatal 40, y el sistema de abastecimiento de agua de la ciudad resultó gravemente dañado, obligando a los residentes a recoger agua del arroyo en cubos para poder vaciar los inodoros.

La gente compartió comida y agua y se consoló mutuamente en un barrio donde un muro de agua arrancó todos los árboles y dejó tras de sí un lodazal no muy lejos de allí. “Esta es la bendición hasta ahora”, dijo Sommerville Johnston afuera de su casa, que ha estado sin electricidad desde el viernes.

Tenía planeado invitar al vecindario a comer estofado de venado que había guardado en su congelador antes de que se eche a perder. “Sólo traigan su tazón y cuchara”, dijo.

Otros hicieron fila a lo largo de más de una cuadra en el expendio de agua Mountain Valley Water para llenar jarras de leche y cualquier otro recipiente que pudieran encontrar.

Derek Farmer, que trajo tres envases de jugo de manzana de unos 4 litros (un galón) cada uno, dijo que había estado preparado para la tormenta, pero que ahora estaba nervioso después de pasar tres días sin agua. “No sabía lo malo que iba a ser”, declaró.

Las autoridades advirtieron que la reconstrucción tras la pérdida generalizada de viviendas y propiedades sería larga y difícil. La tormenta trastornó la vida en todo el sureste, donde también se reportaron muertes en Florida, Georgia, Carolina del Sur y Virginia.

En un video se veía una masa de escombros, incluyendo embarcaciones de pontón volcadas y muelles de madera astillados, que cubrían la superficie del lago Lure, un pintoresco lugar escondido entre las montañas a las afueras de Asheville.

Helene ingresó a tierra por el norte de Florida el jueves por la noche como un huracán de categoría 4, y rápidamente avanzó a través de Georgia, las Carolinas y Tennessee con lluvias torrenciales que provocaron crecidas en vías fluviales.