Cuando Royce Kershaw Jr. falleció el 17 de julio de 2023, su familia quedó completamente consternada. Si bien el hombre de 81 años luchaba hacía varios años contra una enfermedad, siempre mantuvo “su orgullo y alegría”, tal como su propia familia lo definía.

Hijo de Royce Gideon Kershaw Sr., un importante empresario ferroviario de tiempo atrás, sirvió en la Guardia Nacional de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y era un entusiasta de los autos y barcos, a tal punto que llegó a hacer sus propios diseños y compartió sus dibujos y bocetos con toda su familia.

Al fallecer, sus tres hijos fueron los encargados de darle un nuevo destino a sus pertenencias, pero lo que encontraron al revisar sus objetos personales los sorprendió a todos. Los tres jóvenes junto a sus hijos, nietos de Royce, se acercaron a un antiguo almacén que el anciano poseía, pero que pocas veces mostraba.

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Las imágenes impactaron desde el primer momento que ingresaron al lugar. Entre monedas antiguas, botas, motores y suciedad, se escondían más de 50 autos clásicos. Por mencionar algunos nombres destacados, perfectamente estacionados se encontraban un Ford de 1931, un Cadillac de 1913 y el famoso Thunderbird de 1955.

Varios habían sido comprados por Kershaw Jr., mientras que otros tantos, como el Oldsmobile Tornado de 1966 habían sido comprados por Kershaw Sr. antes de morir en 1969. También se destacaba la presencia de un Mercedes-Benz de 1977 y un Honda Element mucho más reciente, fabricado en 2005.

Pero una colección de autos clásicos secreta es algo “común” de ver en este tipo de situaciones. La familia sabía que el hombre tenía una pasión por los vehículos a motor y conocían la existencia de algunos de estos modelos, así como algunos barcos con los que navegaban en familia.

Lo que llamó la atención no fue todo eso, sino la locomotora de un tren a vapor de troncos fabricada en 1913. Según indicaron en diálogo con medios locales, habría pertenecido a Kershaw Sr. y su hijo, el reciente fallecido, habría guardado durante toda su vida la pieza del tren en homenaje a su padre.

Por otro lado, también fue motivo de sorpresa el estado de los vehículos encontrados. Algunos modelos estaban en perfectas condiciones mientras que otros tenían notorios signos del paso del tiempo, algo que sugiere que incluso en sus últimos días el hombre visitaba regularmente su almacén de los recuerdos.

Luego del hallazgo, la familia subastó todos y cada uno de los objetos encontrados, donde también había surtidores de combustible, equipos de taller, herramientas profesionales, remolques, cartelería antigua y más. El monto total recaudado y los nuevos dueños de los objetos de colección no fueron dados a conocer.