Denver. Tres proyectos de ley de salud que consagran el acceso a procedimientos de aborto y afirmación de género en Colorado, así como a medicamentos afines, se convirtieron en ley ayer, viernes, como parte del intento del estado demócrata de convertirse en refugio para las personas provenientes de entidades vecinas gobernadas por republicanos que han restringido esa atención.

El principal objetivo de las leyes firmadas por el gobernador demócrata Jared Polis es garantizar que las personas de los estados circunvecinos y más allá puedan viajar a Colorado para interrumpir su embarazo, comenzar a recibir bloqueadores de pubertad o que les efectúen cirugías de afirmación de género sin temor a ser llevadas a juicio. Los estados fronterizos de Wyoming y Oklahoma han aprobado prohibiciones al aborto, y Utah ha impuesto severas restricciones a la atención transgénero para menores.

Muchos estados en los que están prohibidos el aborto y la atención transgénero también han penalizado viajar a otros estados para acceder a atención médica legal.

Esta contraposición de leyes está preparando el terreno para disputas interestatales comparables a las leyes relacionadas con el matrimonio entre personas del mismo sexo que existieron hasta 2015, o el conflicto jurídico del siglo XIX en cuanto a si los esclavos fugitivos, ya en los estados libres, continuaban siendo propiedad de los esclavistas después de que escaparan.

La oficina del gobernador estaba llena de legisladores, activistas y proveedores de atención médica, muchos de ellos mujeres, para una ceremonia que por momentos parecía un mitin con aplausos y consignas estridentes.

“Nos vemos y en Colorado te apoyamos”, dijo la senadora estatal demócrata Julie Gonzalez durante la ceremonia.

Con las nuevas leyes, Colorado crea con Illinois una península progresista que brinda derechos reproductivos a los habitantes de estados conservadores. Las clínicas de aborto en Illinois ahora dan servicio a personas que viven en una franja de 2.900 kilómetros (1.800 millas) de 11 estados sureños que en gran medida han prohibido la interrupción del embarazo.

Florida, temporalmente un refugio para mujeres que buscaban abortar en esos estados, prohibió el aborto después de las seis semanas. El proyecto de ley, promulgado por el gobernador republicano Ron DeSantis el viernes en una ceremonia a puerta cerrada, no entra en vigor de inmediato.

California y Nueva York están sopesando aplicar medidas similares después de que la Corte Suprema federal revocara el fallo del caso Roe vs. Wade, que dejó las leyes sobre el aborto en manos de los Congresos estatales.

El vecino al sur de Colorado, Nuevo México, también de gobierno demócrata, promulgó este año una ley similar de protección al aborto. Esta ley protege legalmente de investigaciones interestatales a quienes busquen interrumpir su embarazo o atención de afirmación de género, y a quienes proporcionen esa asistencia.