NUEVA YORK. Más de 20 años después de que la estrella de Run-DMC, Jam Master Jay, fuera descaradamente asesinado a tiros en su estudio de grabación, un jurado declaró culpables a dos hombres por su asesinato el martes, poniendo fin a uno de los crímenes más esquivos del mundo del hip-hop.

Un jurado federal anónimo de Brooklyn declaró culpable a Karl Jordan Jr. y Ronald Washington por matar al DJ pionero en venganza por un negocio de drogas fallido, según los fiscales.

Jam Master Jay, cuyo nombre verdadero era Jason Mizell, mezclaba para Run-DMC y ayudó a que el hip hop se popularizara en la década de 1980 con éxitos como “It’s Tricky” y una nueva versión de “Walk This Way” de Aerosmith.

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Al igual que los asesinatos de los íconos del rap Tupac Shakur y Notorious B.I.G., ocurridos a finales de la década de 1990, el tiroteo del 30 de diciembre de 2002 permaneció sin resolverse durante años. Las autoridades se vieron inundadas de pistas, rumores y teorías, pero no consiguieron que los testigos se sinceraran.

“No es ningún misterio por qué se necesitaron años para acusar y arrestar a los acusados”, dijo a los periodistas Breon Peace, el principal fiscal federal de Brooklyn, después del veredicto. “Los testigos en el estudio de grabación conocían a los asesinos y estaban aterrorizados de que pudieran tomar represalias si cooperaban con las autoridades e identificaban a los despiadados verdugos del Sr. Mizell. Pero su fuerza y determinación al testificar en este juicio fue un triunfo del bien sobre el mal y del coraje sobre el miedo”.

Jordan, de 40 años, era ahijado del famoso DJ. Washington, de 59 años, era un viejo amigo que se alojaba en la casa de la hermana del DJ. Ambos hombres fueron arrestados en 2020 y se declararon inocentes.

“Acaban de matar a dos personas inocentes”, gritó Washington al jurado tras el veredicto de culpabilidad.

Los partidarios de Jordan también estallaron ante el veredicto, maldiciendo al jurado. “Los amo”, dijo Jordan al grupo, que se sentó en los bancos de la sala del tribunal antes de que los escoltaran fuera del tribunal y hubiera más gritos.

Los abogados de ambos hombres dijeron que solicitaron formalmente al juez que anule el veredicto de culpabilidad del jurado y los absuelva.

“Somos optimistas”, dijo a los periodistas una de las abogadas de Washington, Susan Kellman. “Mi cliente no hizo esto. Y el jurado escuchó el testimonio sobre la persona que lo hizo”.

Los nombres de los hombres, o al menos sus apodos, habían estado vinculados al caso por décadas. Las autoridades nombraron públicamente a Washington como sospechoso en 2007. Él le había dicho a la revista Playboy en 2003 que había estado afuera del estudio, escuchó los disparos y vio a “Little D”, uno de los apodos de Jordan, salir corriendo del edificio.

Los familiares de Mizell recibieron con satisfacción el veredicto y lamentaron que su madre no viviera para verlo.

“Siento como si llevara un peso de 2000 libras sobre mis hombros. Y cuando llegó el veredicto hoy, se fue”, dijo Carlis Thompson, prima hermana de Mizell, quien se secó las lágrimas después de que se leyó el veredicto. “Las heridas pueden empezar a sanar ahora”.

Mizell participó en el mensaje antidrogas de Run-DMC, transmitido a través de un anuncio de servicio público y letras como “no somos matones / no usamos drogas”. Pero según los fiscales y el testimonio del juicio, acumuló deudas después del apogeo del grupo y trabajó como intermediario de cocaína para cubrir sus cuentas y su generosidad habitual con sus amigos.

“Era un hombre que se involucró en el juego de las drogas para cuidar a las personas que dependían de él”, dijo el fiscal federal adjunto Artie McConnell en su resumen.

Los testigos de la fiscalía declararon que Mizell, tenía un plan para adquirir 10 kilos de cocaína y venderlos a través de Jordan, Washington y un traficante con sede en Baltimore. Pero la conexión de Baltimore se negó a trabajar con Washington, según el testimonio.

Según los fiscales, Washington y Jordan fueron contra Mizell por venganza, codicia y celos.

Dos testigos presenciales, el ex asistente de estudio Uriel Rincón y la exgerente comercial de Mizell Lydia High, testificaron que Washington bloqueó la puerta y ordenó a High que se tumbara en el suelo. Ella dijo que blandió un arma.

Rincón identificó a Jordan como el hombre que se acercó a Mizell e intercambió un saludo amistoso momentos antes de que sonaran los disparos y una bala hiriera al propio Rincón. Otras tres personas, incluida una cantante adolescente que acababa de pasar por el estudio para mostrar su demo, testificaron que estaban en una habitación contigua y escucharon, pero no vieron lo que sucedió.

Otros testigos declararon que Washington y Jordan hicieron declaraciones incriminatorias sobre el asesinato de Mizell después de que ocurriera.

Ni Washington ni Jordan testificaron. Sus abogados cuestionaron la credibilidad de los testigos clave de la acusación y sus recuerdos del tiroteo ocurrido hace tanto tiempo, señalando que algunos inicialmente negaron poder identificar a los atacantes o haber oído quiénes eran.

“Prácticamente todos los testigos cambiaron su testimonio 180 grados”, dijo Kellman al juez durante los argumentos legales.

Los testigos dijeron que se habían sentido abrumados, reacios a compartir información de segunda mano o temían por sus vidas.

El juicio arrojó luz limitada sobre un tercer acusado, Jay Bryant, quien fue acusado el año pasado después de que los fiscales dijeran que se encontró su ADN en un sombrero en el lugar. Afirman que se coló en el edificio del estudio y dejó entrar a Washington y Jordan por la puerta contra incendios en la parte trasera para evitar usar el timbre.

Bryant se declaró inocente y tendrá un juicio por aparte.

El testimonio sugirió que conocía a alguien en común con sus coacusados, pero no hay indicios de que Bryant fuera cercano a Mizell, si es que alguna vez se conocieron.