Washington. Los oradores que han participado en la reunión anual de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés) criticaron una presunta prohibición a las armas de fuego en Chicago, que en realidad no existe, ignoraron las mejoras a la seguridad en la escuela de Texas en la que varios niños fueron masacrados días atrás y distorsionaron las estadísticas nacionales de las armas de fuego y los delitos, en sus intentos por oponerse a cualquier control reforzado en las leyes de armas.

A continuación, una mirada a algunas de esas afirmaciones:

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EL SENADOR DE TEXAS TED CRUZ: “Las prohibiciones a las armas de fuego no funcionan. Miren a Chicago. Si funcionaran, Chicago no sería el infierno de asesinatos que ha sido por demasiado tiempo”.

LA REALIDAD: Chicago no ha tenido una prohibición a las armas de juego en más de una década. En 2014, un juez federal anuló una prohibición municipal a las tiendas de armas. Grandes partidarios de la NRA, como Cruz, lo saben muy bien, toda vez que fue la NRA la que demandó a Chicago por su vieja prohibición de armas de fuego y argumentó ante la Corte Supremo, que en 2010 consideró la prohibición como inconstitucional.

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EXPRESIDENTE DONALD TRUMP: “Las puertas de las aulas deberían ser reforzadas para poderlas cerrar desde adentro y cerradas a los intrusos de afuera”.

LA REALIDAD: Aunque parezca sentido común, eso pudiera tener efectos horriblemente contraproducentes, advierten los expertos.

Un cerrojo en la puerta del aula es una de las medidas de seguridad escolar más básicas y recomendadas, pero en Uvalde mantuvo a las víctimas encerradas y a la policía afuera.

Casi 20 policías estuvieron en un pasillo junto a las aulas durante más de 45 minutos antes de que agentes usaran una llave maestra para abrir el aula cerrada.

Además, la propuesta de Trump no tiene en cuenta lo que sucedería si los estudiantes quedan atrapados tras una puerta cerrada y uno de los estudiantes es el agresor.

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CRUZ: “La tasa de posesión de armas de fuego no ha cambiado”.

LA REALIDAD: Eso es engañoso. El porcentaje de hogares en Estados Unidos con al menos un arma de fuego no ha cambiado significativamente en los últimos 50 años, pero el número de fusiles de asalto, como el utilizado en la masacre en la escuela en Uvalde y decenas de otros ataques similares, se ha disparado desde que los legisladores dejaron expirar en 2004 una prohibición de esas armas.

En los años hasta el comienzo de la prohibición y después, unos 8,5 millones de fusiles de asalto de tipo AR estaban circulando en Estados Unidos. La National Shooting Sports Foundation estimó que había 20 millones de esas armas en circulación en 2020.

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CRUZ: “Si Uvalde hubiera recibido un subsidio para mejorar la seguridad de la escuela, ellos pudieran haber realizado cambios que habrían parado al atacante y lo habrían matado ahí, antes de que hiriera a cualquiera de esos niños y maestras inocentes”.

LA REALIDAD: Esa afirmación pasa por alto el hecho de que Uvalde había aumentado al doble su presupuesto de seguridad escolar y que pasó años mejorando las protecciones para los niños en las escuelas.

Nada de eso impidió que el pistolero matara a 19 estudiantes y dos maestras.

Los presupuestos anuales del distrito muestran además que el sistema escolar pasó de gastar $204,000 en 2017 a $435,000 este año. El distrito había elaborado un plan de seguridad en 2019 que incluyó asignar a cada escuela cuatro policías y cuatro terapeutas mentales. Había instalado una cerca e invertido en un programa que monitorea las redes sociales para detectar amenazas y adquirió software para examinar los antecedentes de los visitantes a las escuelas.

El subsidio que Cruz dice habría salvado vidas fue de una fracasada propuesta de ley de 2013 que planeaba ayudara las escuelas contratando más policías e instalando puertas a prueba de balas. La escuela primaria en Uvalde tenía un policía, pero la persona no estaba en el campus en el momento del ataque. Adicionalmente, el llamado de Cruz a tener puertas a prueba de balas pudiera no haber sido fructífero en este caso, dado que los policías no pudieron romper la puerta cerrada del aula en la que el atacante asesinó a niños y maestras.