Los Ángeles. El condado de Orange, en el sur de California, declaró este miércoles una emergencia de salud para enfrentar los contagios de coronavirus, convirtiéndose en la segunda localidad del estado en tomar medidas urgentes después del anuncio sobre la posible propagación del virus en el país.

La presidenta de la Junta de Supervisores del Condado, Michelle Steel, y el vicepresidente, Andrew Do, hicieron el anuncio en una convocatoria a los medios locales para explicar las medidas que se tomarán para proteger a los más de 3.5 millones de habitantes del condado, donde 34.2 % son hispanos, según datos del Censo.

El primer caso de coronavirus en el condado de Orange fue reportado a finales de enero.

El temor sobre los contagios y la seguridad de la salud pública en California terminó llegando a las cortes.

Las autoridades de Costa Mesa, en el condado de Orange, pidieron a la jueza de distrito Josephine Staton que bloquease cualquier decisión sobre el traslado de unos 50 pacientes que se encuentran en una base militar en Sacramento a la ciudad hasta que pudieran obtener información exacta sobre los planes y protocolos a seguir.

La magistrada mantuvo a comienzos de semana una orden temporal que evita el traslado, mientras se hacen las evaluaciones de riesgo.

Una declaración similar de emergencia por el acecho de la enfermedad fue tomada este martes por la alcaldesa de San Francisco, London Breed.

“Aunque todavía hay cero casos confirmados en los residentes de San Francisco, el panorama global está cambiando rápidamente y necesitamos aumentar la preparación”, dijo Breed en un comunicado.

Las acciones locales en California se dieron después que los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) aumentaran este martes el tono de su advertencia sobre la seriedad de la amenaza que supone este virus en un país que tiene 53 casos confirmados, aunque solo dos de ellos de transmisión local.

“Esto puede ser malo”, reconoció Nancy Messonier, directora del Centro Nacional de Inmunización y Enfermedades Respiratorias de los CDC, que se han mostrado incapaces todavía de anticipar la gravedad de la propagación en el país de este virus que ha desatado el temor de una pandemia a nivel global.