Para la mayoría de la gente, el seguro de viaje no es más que una opción en el portal de internet donde uno hace las reservaciones para las vacaciones.

Pero esos seguros tienen sus limitaciones, lo que ha quedado patente en esta crisis del coronavirus: muchas personas que han tratado de usar ese recurso para conseguir reembolsos han sido rechazadas.

Boletos de avión, alquileres de casas y reservaciones para paseos y excursiones han sido canceladas sin dinero devuelto debido a que centros de esquí, playas y hoteles han cerrado para acatar las órdenes de confinamiento y distanciamiento social.

Ed Svec, de 67 años, reaccionó asombrado cuando su compañía de seguros rechazó su pedido de que se le devuelvan los 5,100 dólares que pagó para un viaje de esquí en Colorado a fines de marzo, y que tuvo que cancelar porque el resort cerró.

“El gobernador estaba diciendo que la gente de mi edad no debería estar viajando”, declaró Svec, quien vive en las afueras de Cleveland. “En todo caso fueron otros los que decidieron por nosotros”.

Por lo general los seguros de viaje no cubren circunstancias como pandemias o temores de enfermarse. Tienen una lista de condiciones muy específicas aceptables para recibir un reembolso, como por ejemplo la pérdida de empleo o un ataque terrorista.

Si bien los contratos no cambiaron, muchas personas daban por sentado que las cancelaciones relacionadas con el coronavirus valían para conseguir el dinero de vuelta. Otro se quejan de que los contratos tienen un lenguaje demasiado complicado.

“El contrato tenía como 10 páginas y en letra chiquita”, se quejó Svec, quien está retirado pero antes trabajaba como contador para una empresa multinacional.

Raja Krishnamoorthi, una legisladora de Illinois, expresó consternación por la práctica de los seguros de viaje el mes pasado, afirmando que “las compañías no deben lucrar con esta crisis”.