Los primeros camiones con la vacuna para el COVID-19 para uso generalizado en Estados Unidos salieron de una planta de fabricación de Michigan el domingo, inyecciones que comenzarán a aplicarse un día después y que son fundamentales para detener el brote de coronavirus en el país.

Los envíos de la farmacéutica estadounidense Pfizer pondrán en marcha el mayor esfuerzo de vacunación en la historia de Estados Unidos en una coyuntura crítica de la pandemia que ha matado a 1.6 millones y enfermado a 71 millones en todo el mundo.

De inicio, se prevé el envío de unas 3 millones de dosis, y la prioridad son los trabajadores de la salud y los residentes de hogares de ancianos. El COVID-19 ha matado a casi 300,000 estadounidenses y expertos estiman que la cifra empeorará con las vacaciones de fin de año.

Las autoridades federales dicen que los primeros envíos de la vacuna de Pfizer serán escalonados y llegarán a 145 centros de distribución el lunes; 425 sitios adicionales recibirán envíos el martes y 66 restantes el miércoles. La vacuna, desarrollada conjuntamente con el socio alemán BioNTech, se distribuye en función de la población adulta de cada estado.

La vacuna se dirige a hospitales y otros sitios que pueden almacenarla a temperaturas extremadamente bajas, de unos 70 grados centígrados bajo cero (94 grados Fahrenheit bajo cero). Pfizer está utilizando contenedores con hielo seco y sensores con localizador satelital GPS para garantizar que cada envío se mantenga más frío que el clima en la Antártida.

Las dosis deben entregarse en todos los sitios de vacunación identificados por los estados en un plazo de tres semanas, dijeron las autoridades federales.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) autorizó el uso de emergencia de la vacuna el viernes, diciendo que protege bastante y no presenta problemas importantes de inocuidad. Si bien los reguladores estadounidenses trabajaron durante meses para enfatizar el rigor y la independencia de su revisión, enfrentaron presiones políticas hasta las etapas finales.

La preocupación de que se apresuró el medicamento podría socavar los esfuerzos de inoculación en un país con un escepticismo profundamente arraigado sobre las vacunas. El jefe de la FDA dijo que la decisión de la agencia se basó en la ciencia, no en la política, a pesar de la amenaza de la Casa Blanca de despedirlo si la vacuna no se aprobaba antes del sábado.

Si bien se determinó que la vacuna es segura, los reguladores en Reino Unido están investigando varias reacciones alérgicas graves. La FDA recomendó no aplicarla a personas con un historial conocido de reacciones alérgicas graves a cualquiera de sus ingredientes.

Otra vacuna de Moderna será revisada por un panel de expertos la próxima semana y poco después podría permitirse para uso público en Estados Unidos.