Sierra Leona.- En un primer momento, Martin Salia, un médico que trabaja en Sierra Leona, pensó que tenía malaria o tifus. Le dijo a su esposa en Maryland, Estados Unidos, que tenía dolor de cabeza y fiebre. Había dado negativo en dos análisis para detectar el ébola, explicó su mujer. Pero el tercero fue positivo.

Salia dejó Freetown hoy en un vuelo hacia Estados Unidos para recibir tratamiento, dijo el responsable de los servicios médicos de Sierra Leona, Brima Kargbo, a Prensa Asociada.

Su esposa, Isatu Salia, dijo en una entrevista telefónica que cuando habló con su marido en la madrugada del viernes, su voz sonó débil y temblorosa. Pero le dijo "te quiero" con voz firme, añadió.

Los dos rezaron juntos y sus hijos, de 12 y 20 años, están haciendo frente a la situación, dijo Isatu Salia, llamando a su marido "mi todo". Dijo que él viaja con frecuencia entre Estados Unidos y su país natal, Sierra Leona, y nunca se queda mucho tiempo en territorio estadounidense porque cree que la gente en África le necesita.

Salia recibirá tratamiento en el Centro Médico de Nebraska, en Omaha, dijo Kargbo. Será el tercer paciente de ébola que pise esas instalaciones y la décima persona infectada del virus que recibe tratamiento en Estados Unidos. El último, el medico Craig Spencer, recibió el alta en un hospital de Nueva York el martes.

Salia había estado trabajando como cirujano en el Hospital Metodista Kissy United de la capital de Sierra Leona, Freetown. El centro no tiene una unidad para tratar el ébola, pero el médico trabajó además en al menos otras tres instalaciones sanitarias, dijo United Methodist News, citando fuentes del Ministerio de Salud. Los pacientes, incluyendo las madres que habían dado a luz solo unas horas antes, abandonaron las 60 camas de que dispone el hospital una vez surgió la noticia del caso de ébola, informó United Methodist News.

La instalación cerró sus puertas el martes después del positivo de Salia, que fue trasladado al Centro Hastings de Tratamiento del Ébola, cerca de Freetown, dijo el servicio de noticias de la iglesia. El personal del hospital Kissy estará en cuarentena durante 21 días.

El facultativo empezó a mostrar síntomas del virus el 6 de noviembre, pero dio negativo en los análisis para detectar la enfermedad. Los resultados de la prueba del lunes fueron positivos. No estuvo claro si había atendido a pacientes infectados con el virus.

Sierra Leona es uno de los tres países de África occidental más golpeados por el actual brote de ébola. Otros cinco médicos contrajeron la enfermedad en el país, y todos ellos fallecieron.

La enfermedad ha matado ya a 5,000 personas, la mayoría en Sierra Leona, Guinea y Liberia.

El Departamento de Estado dijo en un comunicado el jueves que, junto con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, había estado en contacto con la esposa en Maryland de un paciente con ébola no identificado para su traslado al centro Médico de Nebraska para su tratamiento.

El Departamento de Estado de Estados Unidos dijo que estaba ayudando a facilitar el traslado de Salia y la embajada estadounidense en Freetown dijo que él pagaba la cara repatriación. Los costes del viaje y los cuidados de los otros enfermos de ébola evacuados a Estados Unidos fueron cubiertos por los grupos para los que trabajaban en África occidental.

El hospital de Omaha es uno de los cuatro centros estadounidenses con unidades especializadas para el tratamiento de enfermedades altamente contagiosas. Fue elegido para el último paciente porque los trabajadores de las unidades similares del hospital universitario Emory de Atlanta y de los Institutos Nacionales de Salud, cerca de Washington, siguen dentro del periodo de seguimiento de 21 días.

Esos dos hospitales trataron a las dos auxiliares de Dallas que se infectaron mientras cuidaban a Thomas Eric Duncan, un hombre liberiano que cayó enfermo de ébola justo después de llegar a Estados Unidos y más tarde falleció.

Otros ocho pacientes de ébola en Estados Unidos, incluyendo a las dos enfermeras, lograron superar la enfermedad. Cinco eran trabajadores sanitarios estadounidenses que se infectaron mientras atendían a pacientes en África occidental; uno era un video periodista.