WASHINGTON. El Pentágono anunció el martes que más de 800 militares han sido licenciados con honores tras haber sido expulsados del ejército en virtud de la antigua política “don’t ask, don’t tell”, que proscribía las relaciones entre personas del mismo sexo en las fuerzas armadas estadounidenses.

Se trata de la última medida adoptada a lo largo de varias décadas para deshacer la discriminación sufrida en el pasado por los militares, miembros de la comunidad LGBTQ.

El artículo 125 del Código Uniforme de Justicia Militar (UCMJ) de 1951 penalizaba las relaciones homosexuales consentidas. En 1993, el ex presidente Bill Clinton modificó la política militar de “no preguntes, no digas”, que permitía a los miembros de la comunidad LGBTQ servir en las fuerzas armadas si no revelaban su orientación sexual.

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Esa política fue derogada en 2011, cuando el Congreso permitió su servicio abierto en el ejército. El código UCMJ de 1951 se modificó en 2013 para limitarse a las relaciones sexuales homosexuales no consentidas.

En junio, el presidente Joe Biden anunció que iba a conceder el indulto a los militares condenados en virtud de las políticas militares derogadas.

En virtud del “no preguntes, no digas”, miles de militares vieron cómo su servicio militar finalizaba sin una baja honorable, lo que significaba que no recibían las prestaciones militares que habrían recibido de otro modo, como las de educación, y también podría haber afectado a su capacidad para solicitar puestos de trabajo o préstamos.

El año pasado, el Secretario de Defensa, Lloyd Austin, ordenó una revisión de los casos de antiguos miembros del servicio que podrían haberse visto afectados por esta política.

El Pentágono calcula que unos 13,500 militares en total fueron dados de baja del servicio militar en virtud del “no preguntes, no digas”. Con la revisión y las mejoras de los más de 800 efectivos anunciadas el martes, el Pentágono dijo que alrededor del 96% de los 13,500 efectivos afectados por la política han recibido ahora una baja honorable.

No todos los casos de los 13,500 necesitaban revisión, ya que algunos de ellos no habían servido el tiempo suficiente para tener derecho a las prestaciones, habían sido licenciados con honores en su momento, ya habían recibido una mejora de su licenciamiento por otros medios o no tenían derecho a una mejora debido a otras infracciones.

“Seguiremos honrando el servicio y el sacrificio de todas nuestras tropas, incluidos los valientes estadounidenses que levantaron la mano para servir pero fueron rechazados a causa de a quién aman. Seguiremos esforzándonos por hacer lo correcto por cada patriota estadounidense que haya servido honorablemente a su país”, declaró Austin en un comunicado.