Dubái. Dos buques de guerra de la Armada de Estados Unidos que operan en Medio Oriente se han visto afectados por un brote de COVID-19, dijeron las autoridades hoy. Uno está ya atracado en Bahrein y el otro se dirige a puerto.

Una docena de soldados a bordo del USS San Diego, un buque dique de desembarco, dieron positivo, explicó la comandante Rebecca Rebarich, vocera de la 5ta Flota con base en Bahrein. La embarcación está amarrada a puerto allí.

“Todos los casos positivos han sido aislados a bordo y el barco está en una burbuja de COVID restringida”, señaló Rebarich a The Associated Press. “La visita al puerto y la atención médica se han coordinado con el gobierno anfitrión y con el Ministerio de Salud de Bahrein”.

El segundo barco, el crucero de misiles USS Philippine Sea, tiene “varias personas bajo investigación” por posibles contagios, dijo Rebarich. Se realizarán más pruebas cuando llegue a un puerto que la portavoz no rebeló por “seguridad operativa”.

El San Diego navega con cerca de 600 personas a bordo, mientras que el Philippine Sea lleva a unas 380.

La 5ta Flota patrulla las vías navegables de Oriente Medio. Sus embarcaciones suelen protagonizar tensos encuentros con las iraníes en el Golfo Pérsico y en el Estrecho de Ormuz, el estrecho acceso al golfo por el pasa el 20% de todo el petróleo que se vende en el mundo.

El mayor brote en la Armada desde el inicio de la pandemia se detectó a bordo del portaaviones USS Theodore Roosevelt, que estuvo apartado en Guam por casi dos meses el año pasado. Más de 1,000 marinos dieron positivo y uno de ellos falleció. Al final, sus 4,800 tripulantes fueron llevados a tierra firme en Guam para pasar varias semanas en cuarentena, en una progresión sistemática que mantuvo en la embarcación al personal suficiente para su seguridad y funcionamiento.