Bradley Manning se disculpa ante Estados Unidos
Manning, de 25 años, podría ser condenado a 90 años de prisión por entregar información secreta a WikiLeaks cuando trabajaba como analista de inteligencia en Irak en 2010.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 11 años.
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Fort Maede, Maryland.- El soldado estadounidense Bradley Manning rindió testimonio hoy durante la audiencia de su sentencia en el caso WikiLeaks, se disculpó por haber perjudicado a su país y rogó a un juez militar la oportunidad de ir a la universidad y llegar a ser un ciudadano productivo.
El soldado habló en el tribunal después de una audiencia en que se dio testimonio sobre su infancia problemática en Oklahoma y la extrema presión psicológica que los expertos dicen que sintió en un ambiente militar "hipermasculino" debido a su conflicto interno con su identidad sexual, al sentirse como una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre.
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"Lamento que mis acciones hayan afectado a personas, lamento que hayan perjudicado a Estados Unidos", destacó al iniciar su testimonio.
Manning dijo que entendió que lo que estaba haciendo, pero que no creyó en ese momento que al filtrar tal cantidad de información secreta a un sitio de internet pudiese perjudicar tanto a Estados Unidos.
Manning, de 25 años, podría ser condenado a 90 años de prisión por entregar información secreta a WikiLeaks cuando trabajaba como analista de inteligencia en Irak en 2010. El juez le impondrá la sentencia, aunque no se sabe exactamente cuándo.
Manning dio su declaración sin tomar juramento, lo cual significa que no iba a ser interrogado por la fiscalía. Sólo habló unos minutos y parecía dar lectura a un documento que sostenía.
Indicó que ahora se da cuenta que hubiera podido esforzarse más para hallar una vía legal para captar la atención pública a su preocupación sobre la guerra que se libraba. Dijo que desea obtener un título universitario, y pidió una oportunidad para ser un miembro más productivo de la sociedad.
Su tono conciliatorio contrastaba con la declaración que dio en febrero en el tribunal, cuando condenó las acciones de los soldados estadounidenses en ultramar y lo que calificó de "sed de sangre" de los militares.
Los abogados de Manning señalaron que el soldado mostró indicios claros de deterioro mental y que ello debería haber impedido que sus superiores le enviasen a una zona de guerra a lidiar con información secreta.
Horas antes en la audiencia, un sicólogo del ejército dijo que Manning sufría de un conflicto interno con su identidad sexual en un ambiente hostil de trabajo, lo que ejerció enormes presiones sobre el soldado al filtrar información clasificada a Wikileaks.
Al final, Manning reveló su homosexualidad al sicólogo, el capitán Michael Worsley, quien habló en la audiencia de sentencia de Manning en Fort Meade, cerca de Baltimore.
Worsley dijo que Manning le envió por correo electrónico una foto de sí mismo vestido de mujer, con una peluca rubia y lápiz labial.
La foto fue anexada a un mensaje titulado "Mi problema", en el que Manning describe su problema de identidad de género y confía que su carrera en la milicia le permita "deshacerme de él".
Worsley dijo que Manning tenía poca o ninguna base de apoyo.
"Al ser colocado en ese tipo de ambiente hipermasculino, si así se quiere ver, con poco apoyo y pocas habilidades de adaptación, la presión habría sido difícil, por decir lo menos", dijo Worsley. "Debe haber sido increíble", agregó.
Su hermana y su tía estuvieron en la lista de testigos de la defensa.
La hermana de Manning, Casey Major, de 36 años, dijo en un testimonio que crecieron con padres alcohólicos en una vivienda rural en las afueras de Crescent, Oklahoma. Relató que su madre trató de suicidarse con una sobredosis de Valium después que su padre, Brian Manning, la abandonó cuando Bradley Manning tenía 12 años.
Después de mirar entre sollozos una serie de fotografías que le mostró el abogado David Coombs, Major señaló que Manning ha madurado desde su arresto.
"Sólo deseo que pueda ser la persona que desea ser. Deseo que sea feliz", agregó.
Por lo menos 46 periodistas internacionales y 78 espectadores presenciaron el juicio. Muchos espectadores vestían camisetas negras con la inscripción "Verdad".