Boy Scouts venden campamentos ante presión por demandas
Algunas víctimas de abuso tienen sentimientos encontrados sobre la venta de los campamentos.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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A medida que la organización de los Boy Scouts, en dificultades financieras ante la presión de varias demandas por abusos sexuales, se ve obligada a vender varios terrenos para acampar, los conservacionistas, las autoridades gubernamentales y otras personas buscan la manera de preservarlos como espacios abiertos.
Un propuesto acuerdo de bancarrota de 2,600 millones de dólares, diseñado para pagar compensaciones a miles de víctimas de abuso sexual infantil, se suma a la presión que ya sufría una organización acosada por años de disminución de inscripciones.
Durante más de un siglo, la organización y sus consejos locales han adquirido propiedades en todo Estados Unidos donde generaciones han aprendido a apreciar el aire libre a través de campamentos, natación y canotaje. Ahora están sacando provecho de esas propiedades extensas, entre ellas algunas donde hubo abusos.
La organización Boy Scouts of America explicó en un comunicado que la venta de los sitios de campamento puede ser necesaria en algunos casos para compensar a las víctimas.
“Toda decisión debe tener en cuenta las finanzas, la viabilidad de los posibles compradores, la sostenibilidad y el cumplimiento de las obligaciones para brindar el mejor servicio a los jóvenes dentro de su respectivo consejo”, dijo la organización.
Los promotores inmobiliarios han comprado algunas propiedades, pero ciertos grupos de conservación esperan que otras puedan ser protegidas, adquiriéndolas con fondos públicos.
No está claro exactamente cuántas propiedades en Estados Unidos pertenecen a los Boy Scouts, en parte porque son de los consejos locales de la organización, pero la evidencia en el juicio por bancarrota indicó que los consejos locales poseen cerca de 2,000 propiedades que podrían valer entre 8,000 millones y 10,000 millones de dólares, recalcó Timothy Kosnoff, un abogado que representa a más de 12,000 demandantes en la bancarrota.
El acuerdo de bancarrota propuesto con Boys Scouts of America haría que sus más de 250 consejos contribuyeran al menos 515 millones de dólares en efectivo y propiedades y un pagaré con intereses de 100 millones de dólares. Kosnoff dijo que los Scouts deberán vender gran parte de sus tierras para contribuir al acuerdo nacional o, de lo contrario, para pagar las continuas batallas legales.
Algunas víctimas de abuso tienen sentimientos encontrados sobre la venta de los campamentos.
Joe, una víctima que no quería que se usara su apellido porque su familia no estaba al tanto de su terrible experiencia, fue abusado por su maestro scout a partir de los 8 años en la década de 1970 en un campamento de Connecticut en el lago Candlewood, que se vendió hace años para la construcción de viviendas. No está seguro de querer que la gente acampe en la tierra donde alguna vez se abusó de niños exploradores.
“No tengo sentimientos agradables sobre esos lugares”, dijo. “Es casi como ‘Poltergeist’. ¿Quieres tu casa en el terreno donde sucedieron esas cosas? Entonces, no sé qué hacer con esos lugares”.
Consejos locales en estados como Arizona, Connecticut, Illinois, Maine, Michigan, Missouri, Nueva York, Nueva Jersey, Pensilvania y Wisconsin han vendido campamentos recientemente o han anunciado planes para venderlos.
En Maine, el fideicomiso Androscoggin tiene un acuerdo para comprar el campamento Gustin, de 38 hectáreas (95 acres) cerca de Lewiston, que incluye un estanque y un pantano lleno de vida silvestre.
Aimee Dorval, directora ejecutiva del fideicomiso, dijo que el programa Land for Maine’s Future del gobierno estatal acordó aportar la mitad del valor de tasación de la propiedad, de 415.000 dólares. El resto se recaudará a través de donaciones privadas.
La compraventa sería parte de un esfuerzo mayor del fideicomiso para preservar alrededor de 400 hectáreas (1.000 acres) de espacio abierto a lo largo del río Androscoggin cerca de Lewiston, terreno que también ha sido objetivo de las firmas inmobiliarias. El fideicomiso planea continuar permitiendo que los Boy Scouts usen esa propiedad mientras la abren a la comunidad en general para acampar y otras actividades.
Dorval consideró importante que grupos como el suyo tomen la iniciativa a medida que estos campamentos se ponen a la venta.
“Hay fideicomisos de tierras acreditados en todo el país que pueden encargarse de esto”, aseguró. “Creo que sería una tontería si la gente se mantuviera alejada de esto debido a la controversia (sobre el abuso de los Boy Scouts). Para nosotros, no se trata de eso. Se trata de la conservación y de tratar de preservar una zona para actividades juveniles y basadas en la naturaleza y un acceso histórico para los scouts”.