El gigante aeroespacial Boeing lastraba este lunes al Dow Jones de Industriales en la Bolsa de Nueva York, mientras continúa la investigación del incidente con el avión 737 Max 9 que perdió parte de su fuselaje en pleno vuelo.

La empresa, que sobre las 14.00 hora local (19.00 GMT) registraba una caída de alrededor del 7 % en sus acciones, era de lejos el principal lastre del índice, que engloba a las 30 mayores compañías de Estados Unidos.

Mientras, los responsables de Boeing enviaron esta mañana las instrucciones para llevar a cabo las inspecciones de sus aviones ordenadas por la autoridad federal de aviación (FAA, en inglés), que el sábado mandó inmovilizar 171 aviones 737 Max 9 tras el incidente.

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En un mensaje a los empleados compartido con EFE, Boeing animó a todos sus trabajadores a participar en una charla virtual sobre seguridad con el director ejecutivo de la compañía, Dave Calhoun, que tendrá lugar mañana, y a tomar parte en un taller este lunes en la fábrica de Renton, que fabrica los 737 Max.

Un despegue accidentado

La compañía es la primera interesada en aclarar cuanto antes qué sucedió para que el panel con el que se había sellado un hueco diseñado para alojar una puerta adicional de emergencia saliera volando a casi 5.000 metros de altura durante un vuelo de Alaska Airlines con destino a California.

El avión se vio obligado a volver a la ciudad de Portland (Oregón), de donde había despegado, pocos minutos después de alzar el vuelo.

El incidente llevó a las autoridades estadounidenses a inmovilizar de inmediato todos los 737 Max 9 con la misma configuración que la del avión de Alaska Airlines para realizar inspecciones.

La medida, adoptada también por la Agencia de Seguridad Aérea de la Unión Europea (EASA) no afecta a ninguno de los aviones de la compañía en Europa, ya que los Boeing 737 Max 9 que operan en el espacio comunitario cuentan con una configuración distinta.

Sin embargo, el suceso ha vuelto a poner la sombra de la sospecha sobre Boeing, apenas dos semanas después de que la multinacional estadounidense pidiese a las aerolíneas inspeccionar sus aviones en busca de un posible tornillo suelto en el sistema de control.

¿Por el buen camino?

Dave Calhoun, el CEO de Boeing, lleva tiempo tratando de asegurar a los inversores que la empresa ha vuelto al buen camino después de una serie de incidentes y problemas de producción agravados por la pandemia.

Pero los más graves fueron dos accidentes con aviones Boeing 737 Max 8, uno en Indonesia en 2018 y otro en Etiopía en 2019, en los que murieron 346 personas.

En ambos casos se determinó que el software de control de vuelo generó información errónea y puso a las aeronaves en posición de descenso, pese a los esfuerzos de los pilotos por revertir esa instrucción.

La situación llevó a que la familia de aviones Being 737 Max fuera inmovilizada en decenas de países entre 2019 y 2020, una situación que llevó a la dimisión de varios ejecutivos y supuso un duro golpe económico a la empresa.

“La seguridad de nuestros aviones y la de todos los que suben a bordo es un valor central de Boeing”, dice el comunicado a los empleados de este lunes, indicando además que un equipo de investigación de la empresa se encuentra en Portland para ayudar a las autoridades a determinar qué ocurrió durante el incidente.